Podría ser un cuento que empieza de forma triste, algo así como érase una vez un número desamparado, "feo", "invendible", que "nadie quería". Pero, como ocurría en aquella historia del patito, este cuento tiene final feliz. De hecho, tiene muchos: todos aquellos entre quienes repartió suerte la administración de lotería número 3 de Bertamiráns (Ames), con la complicidad de la Asociación de Taxistas de Ames, que prescindieron de su apariencia y contribuyeron a extender la fortuna del número menos madrugador de la jornada, el 03371, el último quinto, entre vecinos, clientes y familiares.

Y así, aunque el segundo premio se lleve la fama, el más modesto quinto le hizo sombra. José Manuel Lado, de la administración número 3 de Bertamiráns, calcula que de las series consignadas a su despacho se repartieron "sobre 35", lo que "rondaría", dice, "dos millones de euros". "La mayor parte" se la llevó la Asociación de Taxistas de Ames, explica. Este colectivo, integrado por 15 socios, "repartió 25 series en participaciones más otro par de series en décimos" -lo que superaría los 1,5 millones de euros-, pero Lado, que se felicita de poder dar un premio así tras 12 años, indica que el número se vendió también en ventanilla, lo que le hace proclamar que "la alegría más grande es que vaya repartido en quien va repartido, en simples trabajadores del día a día".

La taxista Lita Fernández, la mano inocente que escogió a ciegas el número por el que apostó la Asociación de Taxistas de Ames, bromea con que para el próximo año va a cobrar por elegir décimo, porque el pasado ya ganaron un pellizco en una pedrea y también fue cosa suya. Esta defensora de los números "feos", que presume de tener un 13 en su licencia, reconocía que vendieron mucho y que "algo" quedó para ellos, aunque no para jubilarse, bromea. Ella y sus compañeros Manolo -el encargado de la lotería-, Carmen y Andrés, presidente del colectivo, destacan cómo "lo importante es que está repartido".

Mientras en Bertamiráns la felicidad enseñaba sus rostros "eufóricos", incluidos los de alguna que otra vecina, como Carmen, que se enteró por el supermercado de la suerte de los taxistas, y de rebote de la suya propia, en el concello de Boqueixón ninguna lotería puede hacer olvidar a sus habitantes que cuatro días antes enterraban a Ana María Enjamio, asesinada a puñaladas. Así lo señalaba David Mareque, propietario de la casa de xantar "O Imprevisto", de cuya administración mixta salió un décimo por terminal del segundo premio (el 04536), 125.000 euros, tal vez con destino a algún lugar del extranjero.

Como explica Mareque, en la zona hay muchos emigrantes que regresan en verano y vuelven a sus destinos con la maleta y un décimo debajo del brazo. O algo parecido a un décimo, porque este joven, que heredó el negocio de su padre, es de los que se hizo con una impresora que hace que los billetes sean más parecidos al tradicional décimo que a una "primitiva". "Muchos sienten rechazo por el después dicen que lo pierden, que no lo distinguen...", explica, así que buscó una solución.

Otros 125.000 euros, otro décimo del segundo premio, también por terminal, llevan el sello del emblemático "Venecia", en el centro de Santiago, y no fue el único bar que repartió suerte. En el Polígono del Tambre, Jesús Peón se alegraba de vender un décimo de 6.000 euros del quinto 22259, presumiblemente, señala, a un trabajador que "lo necesita".

Los quintos fueron los mejores aliados de la comarca compostelana, que cerró la jornada con alrededor de 2,5 millones de euros en premios, en torno a la mitad de los que llegaron a Galicia. Porque además del 19152 se vendieron veinte décimos entre dos administraciones de Santiago (la 3 y la 7) y del 99917 otros diez décimos (en la número 10).