Un grupo internacional de científicos, liderado por el español Juan Carlos Izpisua y el vigués Alejandro Ocampo, ha logrado revertir el envejecimiento de ratones a través de una técnica de reprogramación celular. El equipo ha conseguido, por una parte, mejorar las capacidades de curación de estos animales y, por otra, alargar un 30% la vida de roedores con envejecimiento prematuro.

La investigación, publicada este jueves en la revista Cell, se basa en la reprogramación celular. "Esta técnica consiste en coger, por ejemplo, células de la piel, introducir cuatro genes conocidos como los factores de Yamanaka y convertirlas en células pluripotentes, es decir, que luego tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular: neuronas, células del corazón... funcionan como las células madre", explica Ocampo desde el Instituto Salk de California (EE UU) en el que han llevado a cabo el estudio.

Esta técnica ya había demostrado tener la capacidad de rejuvenecer células fuera de un ser vivo. Sin embargo, existía un enorme inconveniente: cuando las células reprogramadas se inyecta o se generan en un ratón, estas acababan desarrollando tumores encapsulados: las células se expresaban de manera desorganizada, como células de páncreas, intestinos, etcétera. El ratón acababa muriendo por un fallo funcional en su organismo.

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En estos estudios anteriores las células habían sido reprogramadas completamente, hasta volver a convertirlas en células madre. "La diferencia para nosotros fue que si expones al ratón durante semanas, muchos de ellos mueren; si lo haces solo por dos días, el ratón sobrevive y además obtienes beneficios a nivel de envejecimiento", afirma Ocampo. Para ello, el equipo utilizó roedores modificados: por un lado, padecían progeria, una enfermedad que produce envejecimiento prematuro, y por otro, contaban con los cuatro genes que provocan la reprogramación de la célula. Durante dos días a la semana activaban esos genes a través de un compuesto químico disuelto en el agua de los animales y el resto de la semana se lo retiraban, con lo que no se expresaban. Así lo hicieron durante el ciclo de vida del ratón. El resultado fue que los roedores vivían más, mejor y además no se desarrollaban tumores.

El equipo no paró ahí. Tras los ratones con progeria han empleado roedores sanos, adultos y portadores de los cuatro genes. Al realizarles una lesión y activar la reprogramación celular, los investigadores comprobaron que su músculo y su páncreas se curan más rápido, como cuando eran jóvenes.

"Esta investigación demuestra que el envejecimiento no va en una sola dirección, sino que es dinámico y plástico", valora Ocampo. Aunque su aplicación en humanos aún está lejos, el vigués confía en que en una década ya se estén probando en humanos terapias antienvejecimiento basadas en la reprogramación celular que "no buscarán que vivamos más, pero sí mejor, que al final es lo importante". Su equipo sigue trabajando en la reprogramación centrándose en órganos específicos. Ocampo considera que el futuro de esta técnica se basará en el uso de compuestos químicos y en la especificidad del tratamiento.