El ser humano reproduce las expresiones emocionales que ve en otros iguales de forma inconsciente. Los músculos faciales se contraen imperceptiblemente reproduciendo el gesto de alegría o tristeza. Sin embargo, los pacientes con esquizofrenia no sufren este proceso con la misma facilidad, sino que presentan una mímica facial atípica cuando se les muestran caras con expresiones faciales. Para mejorar el reconocimiento se han llevado a cabo diversos experimentos que emplean la mímica, in vivo, haciendo teatro con espejos, y que se han integrado en diferentes programas de rehabilitación en grupo. Partiendo de esas pruebas iniciales, el grupo de de investigación de Psiquiatría Clínica, Psiquiatría Social y Psicoterapia de la Universidade de Santiago de Compostela que lidera Raimundo Mateos estudia cómo automatizarlas para que el paciente pueda realizar los entrenamientos desde su casa.