"La filosofía actual es producir y compartir. Produces mucho material doméstico y personal, y compartes porque vivimos en un mundo conectado. Pero antes se filmaba para preservar y recordar. Ahora grabamos pero no visionamos. Antes era una cosa más íntima, más personal", sostiene Pablo Gómez.

Las grabaciones antiguas en película se preservan mal por la delicadeza del fotoquímico empleado. El deterioro en climas húmedos es muy alto. Por este motivo desde la Agrupación aspiran a pasarlas a digital y que la gente pueda visionarlas para siempre.