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Ejecutivo de empresas de moda

Fernando Maudo Arranz: "Nuestro smartphone se ha convertido en una varita mágica también del consumo"

"El consumidor está muy informado y no le puedes tratar como si fuera tonto, sino te va a rechazar inmediatamente y lo compartirá en las redes sociales"

Fernando Maudo, ayer, en la Escuela de Negocios. // Marta G. Brea

Fernando Maudo figura entre los directivos más influyentes del mundo de la moda en España. Con veinte años de experiencia como comercial en empresas textiles, se lanzó en 2009 a la conquista de las ventas online desde la dirección de la filial española del grupo francés Vente Privee, que abandonará estos días. Maudo no desvela su futuro laboral aunque ya tiene un nuevo destino cerrado: seguirá en el universo del retail, el término en inglés para el comercio al por menor o al detalle. Ayer compartió sus conocimientos de marketing digital con los alumnos del Executive MBA de la Escuela de Negocios Afundación de IESIDE en Vigo.

-¿Qué le parece que lo sitúen entre los más influyentes?

-He tenido la suerte de estar en empresas de primer orden, eso en la vida no lo buscas, te toca. En los últimos siete años me ha tocado capitanear la aventura de Vente Privee en España. Pero las empresas cambian, compramos Privalia, que era un competidor, y creo que es el momento de emprender un nuevo camino. Afortunadamente pronto saldrá mi nueva aventura, de la que todavía no se puede hablar.

-¿Seguirá en la moda?

-Sí. Mi experiencia es en el mundo del retail, la esencia sigue siendo la misma: saber comprar y vender cosas. Antes todo esto solo se podía hacer a través de los puntos de venta físicos y ahora todos tenemos la posibilidad de comprar desde una pantalla. Empecé con la filial de Vente Privee aquí de la nada y este año llegará a los 180 millones de euros de facturación.

-¿Cuál es el motivo de su salida?

-Cuando se unen dos compañías uno de los equipos de dirección sobra. Dentro del pacto de compra de Privalia se acordó que eran ellos quienes mantenían la dirección. Las etapas empiezan y acaban y yo solo tengo buenas palabras para el grupo francés.

-¿Su nuevo proyecto le llevará fuera de España?

-Las fronteras ya no existen. Creo que mucha gente se sentirá identificada conmigo, sobre todo en el mundo de la dirección, cuando digo que trabajamos en los aviones. Hoy te llevas la oficina a donde quieras.

-¿Seguirá vinculado a Galicia?

-Es mi segunda tierra, y lo digo con la boca grande. Trabajé aquí, vengo a dar clase a Vigo y en verano de aquí no me saca nadie. Estoy como en casa, cualquier visita a Galicia es siempre bienvenida.

-¿Qué le pareció el reciente cierre de la firma Caramelo?

-Me dio pena. Caramelo había sido una empresa modélica. Antes de 2009, que me tocó vivir el famoso ERE, había habido una gestión no totalmente acertada y hubo que tomar una decisión tremenda. Creo que la familia Jove se ha volcado en este proyecto y se ha dejado la vida. Esos esfuerzos no estaban dando sus frutos y puede que se hayan cansado. Estamos en un mundo globalizado donde hay que hacer las cosas muy muy muy bien porque hacerlas bien ya no basta.

-¿Cuál es la clave para que el comercio online triunfe?

-La misma que en el físico: la oferta. La combinación de diseño, calidad y precio. Hoy el consumidor está muy informado y no le puedes tratar como si fuera tonto, sino te va a rechazar inmediatamente y lo compartirá en las redes sociales. El mundo es móvil. Nuestro smartphone se ha convertido en una varita mágica también del consumo. Nos acompaña todo el día y lo que queremos es cumplir nuestros deseos. Es como la lámpara de Aladino, y si tu empresa no está dentro de mi lámpara, no existes.

-¿Qué diferencia a las empresas en internet?

La calidad del servicio. El consumidor está muy mal acostumbrado, afortunada o desafortunadamente, cada vez es más exigente y no va a permitir que le demos una mala calidad de servicio. El problema es que eso cuesta mucho dinero y los consumidores, muchas veces, no lo saben apreciar. Las empresas tienen que saber medirlo para que no les afecte en sus cuentas de resultados.

-¿Aquí entran los envíos y devoluciones?

-La logística es importantísima. La gente quiere todo ya, pero eso hay que pagarlo. Otra cosa son las devoluciones, si son complicadas no compramos. Pero si las promovemos pueden tener un impacto tremendo y generar pérdidas. Tenemos que buscar un equilibrio.

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