La nave pilotada rusa Soyuz MS-03, con tres tripulantes a bordo, fue lanzada este jueves desde el cosmódromo kazajo de Baikonur, rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI).

En la nave, la tercera de la nueva serie de Soyuz, viajan el cosmonauta ruso Oleg Novitski, la astronauta estadounidense de la NASA Peggy Whitson, y el francés Thomas Pesquet, de la Agencia Espacial Europea (ESA).

El lanzamiento se efectuó a las 20.20 GMT con ayuda de un cohete portador Soyuz-FG, y según el plan de vuelo, la nave se acoplará a la EEI a las 22.02 GMT del próximo sábado.

Al igual que con el lanzamiento de las dos primeras naves de la nueva serie de Soyuz, Roscosmos, la agencia espacial rusa, ha optado por el "esquema lento" de aproximación y acoplamiento a la EEI, y no por el que venía utilizándose últimamente, que permite engancharse a la plataforma seis horas después del despegue.

Los tripulantes la Soyuz MS-03 serán recibidos en la plataforma orbital por sus actuales inquilinos: los rusos Serguéi Rízhikov y Andréi Borisenko, y el Shane Kimbrough, quienes llevan más de tres meses en el espacio.

La nueva tripulación celebrará las fiestas de Navidad y Año Nuevo a bordo de la EEI y gozarán de platos cocinados en un restaurante de París con dos estrellas Michelín, explicó en rueda de prensa el astronauta francés.

"Esa comida, lamentablemente, no es sólo para mí, sino para toda la tripulación", bromeó Pesquet, que llevará esas delicias a bordo.

La EEI, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, actualmente está integrada por 14 módulos permanentes y orbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.

La órbita de la plataforma es elevada cada cierto tiempo con ayuda de los propulsores de naves acopladas a ella, ya que la EEI pierde diariamente entre 100 y 150 metros de altura debido a la gravitación terrestre, la actividad solar y otros factores.