Elisardo Becoña, director de la Unidad de Tabaquismo y Trastornos Adictivos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), está convencido de que es posible que los fumadores dejen de fumar, aunque para ello hace falta voluntad política, dice, y conciencia social para atajar este problema, que es la primera causa de muerte evitable en el mundo.

-De dónde viene la creencia tan extendida de que es más sano y natural?

-Cuando me preguntan sobre esto suelo decir que el arsénico también es un producto natural pero que si se consume lleva a la muerte rápida. Pero por eso la gente no lo consume. El mito que circula de que el tabaco de liar es mejor porque es natural es eso, un mito, porque de natural tiene poco. El fumador debería saber de dónde sale su tabaco y quizás se lleve sorpresas que no esperaba como que puede ser transgénico, con alto uso de pesticidas.

-¿Qué otros falsos mitos hay sobre el tabaco u por qué?

-Son muchos. La industria tabaquera se ha encargado a lo largo de los años de transmitirlos mediante publicidad, grupos de presión, compra de líderes de opinión, y todo tipo de tretas. Esto está documentado en sus documentos desclasificados.

-Lo cierto es que el consumo de tabaco de liar está aumentando porque es más barato. ¿Cómo frenar este aumento?

-El tabaco en España es de los más baratos de Europa. Algunos países europeos nos consideran el estanco de Europa. Por ejemplo, en el Reino Unido un paquete de cigarrillos cuesta sobre 10 euros, y en Francia 6, aquí 4. Y, el tabaco de liar, menos. Por ello hay que subir el precio de todos los tipos de tabaco, para que así las personas fumen menos y con ello se reduzca la mortalidad y el sufrimiento que producen muchas enfermedades producidas por el consumo de tabaco.

-¿Qué otras medidas se podrían adoptar?

-Las principales son subir su precio, restringir la venta, reducir el consumo en lugares públicos, hacer campañas de prevención y de tratamiento.

-¿Cómo se podría ayudar al fumador a dejarlo?

-Saber que es malo, mediante campañas públicas, ayuda; también el consejo médico sistemático; facilitar el acceso a sistemas sencillos de ayuda, como un teléfono o a través de la web, y finalmente acudir a un tratamiento especializado cuando no lo deja por su cuenta. Unidades como la nuestra son un ejemplo de esto último, en donde los que acuden no son capaces de dejar de fumar por ellos mismos. En conclusión, que podemos lograr que las personas dejen de fumar. Pero falta voluntad política y suficiente conciencia social para atajar la primera causa evitable de mortalidad a día de hoy. Es tan grave el problema que muchos miran para otro lado, pero el problema sigue ahí, y es posible atajarlo si se quiere.