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Se cumplen 140 años del fin de la Tercera Guerra Carlista

Alfredo Comesaña Paz: "Los valores del carlismo forman parte del ADN de la derecha gallega"

Publica el libro "Hijos del trueno" sobre la tercera guerra carlista en Galicia y Portugal

Alfredo Comesaña Paz

Mientras realizaba su tesis doctoral sobre la historia de Portugal, Alfredo Comesaña Paz, natural de Vigo y profesor de secundaria en la ciudad olívica, descubrió un vínculo entre los carlistas residentes en Galicia y los portugueses partidarios de la monarquía una vez instaurada la república. Su libro "Hijos del trueno", que se presenta mañana en la delegación del CSIC en Galicia (en Compostela) a las 19.00 horas, documenta esa relación gracias a la información que recopiló en el archivo militar y del Ministerio de negocios extranjeros en Lisboa y en el Arquivo Histórico Universitario de Santiago. Comesaña se centra en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), que este año cumple 140 años de su finalización, para reseñar las distintas historias personales transfronterizas entre quienes defendían al que consideraban su rey legítimo, cada grupo al suyo, tanto en España como en Portugal.

-¿Cómo llegó a escribir "Hijos del trueno"?

-Realizando mi tesis doctoral encontré información de que en una rebelión monárquica que hubo en Portugal en 1919, estos portugueses monárquicos que querían restaurar la monarquía en su país tenían muchos contactos con Galicia y venían aquí a refugiarse. Entre los sectores que le daban apoyo, sobre todo en la zona sur de la Comunidad, en Pontevedra y Ourense, eran de los llamados carlistas. Entonces investigué y me pareció que había información para hacer una monografía como esta centrándome en la Tercera Guerra Carlista.

-¿En qué consistió la relación entre los pro monárquicos portugueses y los carlistas que vivían en Galicia en el siglo XIX?

-En los archivos de Lisboa encontré información de los carlistas que en la Tercera Guerra buscaban refugio en el norte de Portugal, donde tenían unas bases logísticas con armamento y se entrenaban. Cuando combatían en Galicia y se veían acorralados encontraban una red de apoyo en Portugal para establecerse momentáneamente y prepararse para volver a actuar. El país vecino jugó una baza bastante importante hasta el punto de que en las relaciones diplomáticas entre España y Portugal se hablaba de los vínculos de los carlistas con los portugueses.

-Entonces, había una relación de ayuda mutua entre los carlistas y los monárquicos portugueses.

-Los miguelistas, que apoyaban al rey Miguel I de Portugal (reinante entre 1828 y 1834), estaban muy cerca de los carlistas, que creían que Don Carlos estaba legitimado para ser rey. En el caso portugués, una rama de los Bragança se consideraba legitimada para reinar frente al republicanismo.

-¿Por qué se desencadenó la Tercera Guerra Carlista?

-Porque hay una revolución en 1868 donde un Gobierno revolucionario empieza a legislar una serie de medidas de carácter religioso, por primera vez hay libertad de cultos y ley de matrimonio civil. Eso supone perder el monopolio social para la iglesia porque a partir de ese momento no sólo los católicos podrían exteriorizar su religión. Los sectores del catolicismo se movilizarán y se pasarán a apoyar al carlismo porque este movimiento enarbola la defensa de la religión católica.

-¿Qué fue lo que más le llamó la atención cuándo comenzó a estudiar este periodo?

-Esta fue la Tercera Guerra carlista, por lo tanto en el siglo XIX hubo tres guerras civiles y me llamó la atención que los historiadores se centran en la Guerra Civil del 1936 al 1939, cuando en el siglo anterior pero no mucho antes hubo otros tres conflictos tan sangrientos y equiparables en número de bajas y represión. Me sorprendió, además, que en la tercera en Galicia no hubo demasiados excesos. Solo he contabilizado un alcalde fallecido y lo mataron por accidente. Es curioso teniendo en cuenta que hubo más de mil guerrilleros 'en pie de guerra' durante tres años.

-¿Cómo fue esa guerra en Galicia entonces?

-Intentaban ganarse al pueblo y evitaron cometer excesos con la población, intentaron provocar el mayor quebrante económico al Gobierno que había en España.

-¿Comparte la visión de que los guerrilleros carlistas eran meros mercenarios?

-No, creo que eran personas con una enorme determinación. Las consecuencias a las que se enfrentaban eran muy duras como para pensar que ocho reales al día eran suficientes para justificar que esta gente empuñase un fusil. Entramos en el mundo de la ideología y de la defensa de los valores tradicionales. El carlismo representaba una descentralización frente al centralismo de los liberales de la época. Esos valores son los que probablemente formen parte del ADN de la derecha gallega, que parte de ella se identifica con el galleguismo y el regionalismo.

-¿Ha podido trazar algún vínculo de carlistas con políticos gallegos de la actualidad?

-No he llegado a tanto pero bueno, el padre de Xabier Arzalluz era carlista, Sabino Arana y su hermano también, como Francesc Homs que proviene de una familia carlista. Hay una rama del nacionalismo actual que desciende de una parte del carlismo. En el caso gallego, Alfredo Brañas, uno de los padres del regionalismo gallego, era un tradicionalista que se separó de los carlistas. Y en el ámbito del nacionalismo gallego, en el caso de la literatura, los dos primeros tomos de la "Historia de Galicia" de Manuel Murguía se publicaron en la imprenta de un carlista, Soto Freire, que era conservador y fiel defensor de la lengua gallega.

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