Mide 20 centímetros y es de color blanco. Su nombre es "Aisoy1 V5", uno de los primeros robots emocionales del mundo, diseñado por la empresa española Aisoy Robotics, una "spin-off" de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (Valencia), y fabricado íntegramente en España. Este robot educativo programable, de apenas un kilo de peso, habla castellano, inglés y francés, y está aprendiendo hebreo. "Aisoy1" es capaz de comunicarse tanto con personas como con otros dispositivos, pero lo que le hace único es que es puede expresar emociones, sentir mediante el tacto, establecer vínculos emocionales con el usuario y tomar decisiones propias.
Este pequeño ingenio y su "padre", José Manuel del Río, estuvieron ayer en Galicia para participar en la primera edición de los CorBi International Courses, un programa formativo de excelencia promovido por CorBi Foundation y financiado por la Fundación María José Jove, que reúne a veinte alumnos y 18 profesores procedentes de distintas universidades y centros de investigaciones de España, Estados Unidos y el Reino Unido.
Según Del Río, fue concebido para estimular el pensamiento creativo de los niños y ayudarles a resolver problemas lógicos, aunque también es aplicable a otros usuarios. Ya ha demostrado que mejora la capacidad de vida de los niños con autismo, mejorando su capacidad de comunicación, e hiperactivos, ya que fomenta la concentración, y se está estudiando sus posibles aplicaciones en personas dependientes.
"A diferencia de los robots industriales y monotareas, que tienen una función específica, los robots sociales tratan de establecer vínculos emocionales con los usuarios utilizando mecanismos de interacción parecidos a los que utilizamos las personas, es decir, tienen capacidad de visión para saber si el usuario está delante, y de interacción, utilizando el lenguaje natural para interpretar lo que les estás diciendo y contestar. Y en nuestro caso, además, tiene un motor emocional que reproduce las formas que tenemos de mostrar nuestro estado de ánimo: alegría, tristeza, miedo, rechazo y enfado", explica.
La atracción que Del Río sintió desde pequeño por crear a través del ordenador, su pasión por la ciencia ficción y su bagaje profesional en la inteligencia artificial fueron el germen de este robot, que ya se emplea en colegios de la Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía como herramienta para motivar al alumno en materias tan diversas como la programación robótica, el idioma, las artes escénicas y la literatura.
"Los niños hoy están sobreinformados y son consumidores pasivos de la mayoría de las cosas que ocurren en los dispositivos y las redes sociales. Yo quise que tuvieran esa experiencia mágica que es tener un robot, y crear un dispositivo que les aportara una forma de aprender diferente y que tuviera, además, aplicaciones para niños con necesidades especiales, como niños con autismo, por ejemplo", explica el especialista en robótica e inteligencia artificial, que añade que en Almería está siendo empleando también pa en talleres y terapias con personas dependientes de la Tercera Edad. "Es una herramienta para mejorar la capacidad de interpretar la comunicación y además puede ser un recurso para personas que viven solas, a las que puede ayudar en tareas como subir la temperatura de la casa o encender el televisor, pero además puede avisar en caso de que tenga un problema", explica. Y es en sus apenas 20 centímetros, "Aisoy1" alberga una tecnología mucho más avanzada que la de un ordenador y puede programarse según las necesidades específicas. "Cada año sacamos una nueva versión y ya estamos trabajando en la sexta", adelanta Del Río.
De momento, este robot blanco de patas verdes habla castellano, inglés y francés y pronto lo hará en hebreo, ya que Israel se ha interesado por él. Y aunque en Galicia aún no se emplea en las aulas, la empresa ilicitana prevé que ya haya algún centro que lo introduzca ya el próximo curso escolar .
"Aisoy1 V5" figura en la lista de los 16 mejores robots del mundo para uso personal, familiar, social y doméstico de la revista "Robotic Business Review" y ganó en 2013 el Premio Emprendedores 2013 de la Fundación Everis.
