En un islote mínimo una chica (Blake Lively) aguanta los ataques de un tiburón. No hay mucho más que explicar sobre "Infierno azul", la nueva cinta de Jaume Collet-Serra, el español afincado en Hollywood que ya ha firmado películas de acción como "Non stop" o "Una noche para sobrevivir". El manual a seguir en este filme es el que estableció Steven Spielberg con su "Tiburón": cámara subjetiva para el escualo, catálogo de imprudencias y mucho mordisco y sangre alrededor. A pesar de lo complicado de la propuesta, el cineasta sabe aguantar al espectador con una gran capacidad para darle ritmo a lo que cuenta. En el medio Blake Lively actúa creyéndoselo todo, un detalle que da enteros al resultado final. Esto no evita que haya momentos imposibles: ese Jaenada de camino a la playa, unos bañistas descuidados o las conexiones con la familia de la chavala que chirrían cada vez que ocurren.

Cuando hay un buen tiburón peligroso es muy dificil que el tinglado salga mal. Aquí Collet-Serra lo sabe controlar con alguna idea brillante (añadir a una gaviota compañera a la ecuación, una escapada entre medusas) y con alguna barbaridad de serie "B" que le da lustro al total. "Infierno azul" es una película de verano, hecha para consumir con palomitas y la posibilidad de que, en algún momento, se te escape alguna carcajada de entre tanta locura acuática.