Actriz de cine y de teatro, cantante, bailarina, directora, guionista... Ángela Molina (Madrid, 1955), flamante Premio Nacional de Cinematografía, debutó con solo 17 años; fue, poco después, el "Oscuro Objeto del Deseo", de Luis Buñuel, y en estos 44 años se ha convertido en una intérprete capaz de hacer "cualquier historia".

Como "espontánea, auténtica, arriesgada y original" calificó a la actriz el jurado del premio, dotado con 30.000 euros, que concede el Ministerio de Educación Cultura y Deporte a través del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales. En su fallo, el jurado también destacó su "amor y generosidad con cada uno de los actores y directores que ha trabajado".

"El disfrutar de esa generosidad de los demás es la cosa más gratificante que puede conllevar recibir un premio", contó ayer tras conocer el galardón con un tono alegre que llega desde Ibiza, donde se encuentra de vacaciones con su familia. Este tipo de reconocimientos, así como los que recibe del público, son de lo que más "orgullosa" se siente y lo que más le "alienta" para seguir con "esa curiosidad insondable" que crea su profesión. Por eso, recibir este reconocimiento le hace estar "muy agradecida".

Molina ha recibido premios como la Medalla de Oro de la Academia de Cine (2003), el Gran Premio de la Crítica de Nueva York (1985) y el David de Donatello de la Academia de Cine de Italia (1986) pero le falta el Goya. "Amo la vida como es, no siento ausencias. Sé que si el día x sucede pues así será, pero disfruto igual cuando mis compañeros se alegran por llevarse un Goya porque eso es una especie de equilibrio: hay que saber disfrutar los unos de los otros", aseguró.

Cuenta con cinco nominaciones a los Goya, entre ellas por la película "Blancanievas", de Pablo Berger, en la que hacía de abuela de la protagonista. "Lloré mucho por culpa de esa película. Entonces tuve que pedir a Dios que la vanidad no me llevase a desear premios. El Goya tenía que haber sido para todas las mujeres de la película", confesó en aquel momento.

Su primera película la hizo a las órdenes de César Fernández-Ardavín y tres años después, Luis Buñuel le ofreció "Ese oscuro objeto del deseo", con la que logró el prestigio internacional que le abrió las puertas de países como Italia, Francia y Alemania.

"Buñuel rompió las fronteras de mi vida y mi trabajo", sostuvo la actriz cuando la Academia le concedió la Medalla de Oro, aunque insistía en que ella juega "con toda la baraja". En su larga carrera ha trabajado con los mejores: de Jaime Chávarri a Pedro Almodóvar, Fernando Colomo, Jaime Camino, José Luis Borau, Manuel Gutiérrez Aragón, Giuseppe Tornatore y los hermanos Taviani; o debutantes como Paco Cabezas.

Su máximo activo son sus compañeros, ha dicho siempre, pero en su vida hay dos personas excepcionales: sus padres: "Sin su amor, yo no estaría aquí. Ellos son también la fuente de cualquier cosa que pueda hacer por, para y con los demás".