No es gallega, pero siente "morriña" cuando está lejos de Galicia. La periodista y escritora asturiana Magdalena del Amo también ha encontrado en Galicia la inspiración para su noveno libro, "El códice Clara Rosenberg", una novela cuya trama transcurre en cuarenta días a lo largo del Camino de Santiago y que presentará hoy (19.00 horas) en la Feira do Libro de Vigo. Amor, amistad, infidelidad, secretos, reencuentros, arte, leyendas, esoterismo y hasta un asesinato van jalonando las páginas de esta novela, en las que Del Amo también aporta algunas de sus vivencias personales como peregrina.

"Hacía tiempo que tenía pensado hacer una novela pero también una crónica del camino, y al final surgió una tercera vía: una novela", explica la escritora, que se confiesa una enamorada de Galicia. "Desde que vine aquí la primera vez, en 1985, me enamoré de esta tierra, de la gente, de enorme valor patrimonial de todo", asegura la escritora, para quien el Camino es una experiencia única. "Cuando lo haces, de alguna manera se renace", dice.

Esta novela tiene como protagonista a Clara Rosenberg, una periodista que emprende el Camino de Santiago acompañada de un grupo de amigos y de su marido, con quien acaba de romper a causa de una infidelidad. La escritora se adentra también en estas páginas en el mercado negro del arte a través del robo de una obra de arte con un gran poder que se conservaba en un museo y que mantiene en jaque a la Interpol. "Documentándome, descubrí el mundo de las redes que se dedican al robo de arte en España, un sórdido mundo de mafias que trafican no solo con objetos y drogas, sino también con personas", explica.

Editada por su propia editorial, La Regla del Oro, que fundó hace dos años y medio, "El códice Clara Rosenberg" no es una novela de misterio, asegura, aunque sí tiene muchos guiños a este género. "Es, ante todo, una historia de superación personal", dice la escritora y editora que, aunque reconoce que es un momento difícil para el sector editorial aún así ha apostado por él. "Hay que ser valiente y arriesgarse porque en este mundo incierto nunca sabes qué vas a encontrarse mañana", sostiene.