Una sencilla ofrenda floral a los pies de la lápida donde está enterrado Camilo José Cela, en Iria Flavia, en el municipio coruñés de Padrón, levantó ayer el telón de los actos que se celebrarán durante un año para conmemorar el centenario del nacimiento del Nobel de Literatura. La mañana resultó agradable y con un tenue sol por momentos, lo que permitió al escaso medio centenar de personas congregadas compartir la ofrenda floral. Fueron Camilo José Cela Conde, el hijo del Nobel, y el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, los encargados de depositar un centro de rosas blancas sobre la lápida.

En su breve intervención ante los allí reunidos, el hijo de Camilo José Cela recordó a su padre como un autor "con un impacto y una influencia enorme desde el primer momento "y consideró que en el centenario el mejor homenaje es leer "lo que fue dejándonos para siempre". "Mi padre no resistió lo suficiente para vivir este día, pero aún en contra de lo que dice su escudo nobiliario, ganó, ganó porque fue capaz de resistir para crear una de las series de obras literarias más importantes que se han hecho en España y creo yo que en términos muchísimo más amplios", afirmó.

Por su parte, el titular de Cultura de la Xunta, Román Rodríguez, resaltó que Camilo José Cela fue "una de las figuras claves de la creación literaria del siglo XX". "Un hombre -añadió- que debe de ser recordado por lo que fue, un grandísimo escritor, uno de los más grandes". "Es una piedra angular de las letras y de la literatura universal", señaló.

La viuda de escritor gallego, Marina Castaño, señaló que considera que los actos organizados para celebrar el centenario del nacimiento del premio Nobel son "completamente insuficientes" lo que le produce una "tremenda decepción".