Los chaparrones que cayeron el fin de semana restaron afluencia pero no deslucieron la trigésima Festa da Ostra de Arcade. Miles de personas se acercaron el sábado y ayer domingo a la carpa instalada en la zona portuaria para degustar el preciado molusco cultivado en las bateas de la ría y presentado al natural con limón, en escabeche y empanada. La mayoría optaba por regar el manjar con vino albariño de Soutomaior, en un maridaje perfecto que ha convertido esta fiesta gastronómica, declarada de Interés Turístico Galego, en una de las más populares de la comunidad.

A la altura del evento estuvo ayer a mediodía el pregonero, el actor Federico Pérez, conocido por su papel de "Josito" en la serie "Padre Casares" de la Televisión de Galicia. En un discurso breve pero cargado de irreverencia y retranca, "Fede" exaltó las cualidades de la ostra, no solo sus propiedades afrodisíacas sino también su importancia histórica. Y es que la ostra, argumentó el actor, salvó a toda la humanidad del Diluvio universal. Algo parecido a la lluvia que caía a esas horas en Arcade, con intervalos de sol que aprovechaba el público para entrar y salir de la atestada carpa.

"Josito" afirmó que la Biblia ya señala "al principio de todo" que "Dios creó un sábado la ostra, el churrasco y la tarta helada". Es más, en el relato del Diluvio, "habló Dios con Noé y le dijo 'eres el elegido para salvar a la humanidad... cogerás una pareja de animales de cada especie, una pareja de la guardia civil y con tu mujer e hijos los meterás en un arca'; preguntó Noé si también debería incluir dos ostras, y Dios le dijo 'mete cinco kilos que hay que comer'. Y así fue como la ostra salvó el mundo". Incluso en la Última Cena se comieron ostras, según dijo el actor protagonista de "Era visto!". Y los poetas medievales le rindieron homenaje: así Mendiño recitó "e trouxéronme as ostras que grandes son... i eu pedindo albariño" y el "bodeguero" Martín Codax loó las "ostras do mar de Vigo".

Entre vivas a Arcade y la ostra, Federico Pérez "Josito" calentó el frío ambiente y cientos de vecinos llegados de toda la comarca y más allá dieron cuenta de las docenas de molusco en sus tres variedades.

Entre ellos estaba el alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, quien reconoció que el mal tiempo rebajó las expectativas de asistencia y obligó a cancelar la noche anterior la tirada de fuegos artificiales, si bien hubo la tradicional verbena.

La cita gastronómica fue, eso sí, un revulsivo para los restaurantes de Arcade y sus alrededores, ya que la ostra suele consumirse como un aperitivo. Como novedad en esta edición, las mariscadoras y el Concello de Soutomaior acordaron dar un uso adicional a las miles de conchas de ostra acumuladas tras esta fiesta: servirán para regenerar los bancos marisqueros de la ría.