El Colegio de Podólogos de Galicia recomienda el uso de calzado que no apriete para no dificultar la circulación o que los pies se calienten; evitar las fuentes directas de calor, como estufas y bolsas de agua caliente, y desaconseja el empleo prolongado de "Katiuskas" si se quiere mantener la salud de los pies en invierno. En el caso de las conocidas botas de agua, los podólogos gallegos recomiendan usarlas solo durante un momento concreto y nunca durante mucho tiempo, ya que se trata de un calzado que no permite transpirar al pie, por lo que este puede acabar mojado. En este sentido, explican que cuando el pie está mojado la piel se ablanda y es más probable que aparezcan ampollas y hongos, incluso en las uñas.