El papa Francisco defendió la importancia de mostrar un comportamiento sobrio y sencillo en una "sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo", durante la Misa del Gallo que ofició en el Vaticano. El Pontífice celebró la Santa Misa en la Solemnidad de la Natividad del Señor -con la que inició los ritos de Navidad- también con un valor muy presente, el de la misericordia, precisamente el mismo que guía el Jubileo Extraordinario, que comenzó el 8 de diciembre y se celebra hasta el próximo 20 de noviembre. "En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Dios nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante", afirmó Jorge Bergoglio.

Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida, el Papa ha reclamado la paz para el mundo durante la tradicional bendición 'Uri et Orbi' (a la ciudad y al mundo) que ha impartido este viernes 25 de diciembre, día de Navidad, en un mensaje en el que ha recordado las "masacres terroristas", la tensión en Tierra Santa o los cristianos perseguidos. Así, se ha referido a los "atroces" atentados terroristas en las "recientes masacres" Egipto, en Beirut, París, Bamako y Túnez, al tiempo que ha pedido consuelo para los cristianos perseguidos, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Asomado al balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro, al igual que otros años, Francisco ha repasado las guerras y males que afligen al mundo para pedir la paz, de la que ha señalado que si existe verdaderamente "no hay lugar para el odio ni para la guerra".

El Pontífice argentino ha lamentado que en Tierra Santa continúan "las tensiones y las violencias y la paz queda como un don que se debe pedir y construir".