La invitación permanente de Dios a la reconciliación y a acogerse a su amor, con la Eucaristía como fuente donde beber, ha sido parte principal del mensaje de la homilía del obispo de la diócesis de Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza, ante cientos de fieles que llenaron ayer tarde la catedral de Tui en la solemne apertura del Año Jubilar de la Misericordia y de la "puerta santa", un ritual que por vez primera se vive en el primer templo de la diócesis.

El obispo invitó también a peregrinar en cada parroquia, pues la misericordia es una meta a alcanzar, e incidió en la necesidad de revitalizar el movimiento pastoral en cada una de ellas que son "el espacio donde los hermanos conviven".

Afirmó el obispo que sólo se pueden esperar frutos si las parroquias toman el compromiso de acoger y abrir el corazón a los que sufren, pues este Año de la Misericordia está llamado a "muchas heridas con solidaridad y la debida atención". Llamó a que las parroquias no se sientan solas y a que "todas las instituciones diocesanas estén a su lado", con una Iglesia que camina unida, donde "cada uno tiene algo que aprender y algo que enseñar".

"Este comienzo juntos, tenemos que convertirlo en un compromiso importante de la diócesis", caminando al ritmo que marca la Iglesia.

Invitó a recorrer un camino con símbolos como el "misterio de Dios realizado en Cristo", el "reconocimiento de Cristo como un camino que conduce al Padre" y el "incesante peregrinar de la Iglesia hacia Jesucristo".

Para terminar, deseó que el Señor llene de vida y frutos apostólicos a todas las comunidades, muchas de ellas con representación en esta Eucaristía.