El Juzgado de Instrucción número 7 de Leganés ha sobreseído el caso de las presuntas sedaciones irregulares con resultado de muerte denunciadas hace dos años en el Hospital de Leganés Severo Ochoa al entender que, a pesar de "la mala práctica médica", no puede demostrarse que esa sea la causa de las muertes. Tras la decisión, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid explicó que la sentencia reafirma las medidas administrativas que adoptó al conocer la situación. Los socialistas pidieron responsabilidades a Esperanza Aguirre, que mantiene al entonces consejero Manuel Lamela en su nuevo gabinete, como responsable de Infraestructuras.

Este contencioso en el hospital supuso desde su inicio el cese de unos 25 médicos, entre ellos, varios jefes de servicio, como el del propio Luis Montes (ex coordinador del servicio de Urgencias del hospital), así como la marcha de unas 75 enfermeras, según calcula la Junta de Personal del centro sanitario.

"Varios pacientes han muerto tras la mala práctica médica a la hora de sedarles, si bien no se puede lograr asegurar, al menos con lo que hasta ahora se ha recopilado, que el fallecimiento deviniera exclusivamente por los fármacos prescritos por los doctores", afirma el auto. Con esta resolución se concluyen las diligencias abiertas a raíz de la admisión a trámite de las denuncias anónimas presentadas el 12 de abril de 2005 por presuntos "errores médicos en la atención de determinados pacientes".

El juez Rafael Rosel mantiene que en cuatro de los casos analizados con detalle no quedó documentada suficientemente una enfermedad terminal y, según los peritos, debería haberse intentado un tratamiento específico de la causa de ingreso en vez de aplicarse sedación terminal. "Fueron pacientes que, si tenían alguna posibilidad de superar el evento que generó su ingreso, fue suprimida por la sedación, que eliminó la posible expectativa de supervivencia", señala.

Además de estos cuatro pacientes, el juez cita otros treinta casos donde también puede hablarse de mala praxis.