De Diego resaltó que los filtros solares "dan poca protección, aunque sí alguna, frente al cáncer de piel", pero puso el ejemplo de que es "como el que lleva el coche más seguro del mundo a 200 kilómetros por hora y pegado al vehículo de adelante. Si sufre un accidente el daño no lo anula un airbag".

Por ello, aseguró que a pesar del uso generalizado de cremas de protección solar la incidencia del melanoma ha aumentado.

La exposición al sol y los traumatismos repetidos en un lunar pueden hacer que éste se transforme y las células se conviertan en malignos, agregó el doctor, quien incidió en la importancia "vital" de un diagnóstico precoz.

Una semana puede suponer la vida de una persona al tratarse de un tumor de características muy dañinas que en caso de metástasis "prácticamente no hay manera de pararlo" por lo que, a día de hoy, "la única posibilidad para curar un melanoma es llegar a tiempo con la cirugía", explicó.

Por contra, la ventaja en el pronóstico de estos melanomas es que, en su mayoría, son cutáneos, por lo que se ven a simple vista y se puede intervenir a tiempo.

Así, "cuando algo tiene pinta de melanoma no lo pensamos dos veces y actuamos con urgencia" para eliminarlo con cirugía, aseguró.

La técnica "fundamental" para el diagnóstico del melanoma sigue siendo la visualización directa por un dermatólogo, aunque también se ha generalizado el uso de la dermatoscopia óptica o digital que permiten verificar la evolución de la lesión.

De Diego aclaró que el melanoma "nunca ha respetado edades", aunque por los factores que lo originan es evidente que a más edad son mayores las posibilidades de desarrollarlo.

En relación al sexo de los pacientes, el dermatólogo resaltó que en los lunares congénitos la estadística apunta a que el riesgo de que se conviertan en malignos es mayor en el tronco de los varones y en las extremidades inferiores de la mujeres, algo que asoció a los "hábitos en el vestir".

A pesar de que los fototipos 3 y 4, que corresponden a las personas con piel más morena, tienen menor susceptibilidad a los rayos utravioleta que los fototipos 1 y 2 (pelirrojos y rubios) a veces acaban sufriendo un mayor daño crónico porque no se protegen.

A la hora de exponerse al sol el experto recomendó evitar la exposición entre las 12 y las 16 horas, usar filtro solar, renovarlo cada tres horas sin lavar la aplicación anterior y aplicarlo entre una hora y 45 minutos antes de ponerse al sol.

De Diego señaló que los signos de alarma de un lunar son que no sea uniforme de color, que sufra modificaciones en el tono, variaciones de tamaño significativas en un período corto que sea asimétrico en la forma o con bordes irregulares o produzca picor, dolor persistente o sangre.