Hagamos un poco de historia. En 1967 nacía en Buenos Aires el grupo Les Luthiers para mixturar música y humor. Sus componentes fundadores fueron Gerardo Masana, Marcos Mundstock, Jorge Maronna, Carlos Núñez Cortés y Daniel Rabinovich. En 1971 se unen al quinteto inicial Carlos López Puccio y Ernesto Acher. Masana fallece en 1973. Primera pérdida de un miembro fundador de la banda, seis años después de la formación del combo. Ernesto Archer abandonaría el barco en 1983.

La (larga) vida de estos músicos cómicos creadores de instrumentos imposibles ya conoce las pérdidas, y sabe reponerse, mutar y añadir nuevos actores a su núcleo duro. Pero a nadie se le escapa que dentro de ese núcleo había un importante nucléolo, Daniel Rabinovich. Fue un notable instrumentista, excelente cantante y sobre todo posiblemente el miembro de la banda con mayor vis cómica. Su gesto más simple era capaz de hacernos sonreír. Su pérdida el pasado 21 de agosto se antoja insustituible. ¿Quién si no él podrá recitar esos monólogos donde atropellaba palabras, equivocaba términos y fingía una estulticia hilarante?

La papeleta de dar continuidad a la más importante formación humorística de la América hispanoparlante no era tarea fácil. Y sin embargo, Les Luthiers continúan. Se celebró la noticia de que sus conciertos/shows en Vigo no se cancelaban pese al fallecimiento de Daniel, shows que iniciaron ayer y durarán hasta el próximo sábado (aún quedan entradas para hoy y mañana), y en parte asistir a "¡Chist!" supone testar el futuro de la banda. Conocer a los nuevos miembros, los sustitutos del insustituible Rabinovich.

"¡Chist! Antología" es, como su nombre vocea clarito, un nuevo espectáculo en el que Les Luthiers vuelven a poner en escena una selección de obras de su amplio repertorio. Temas como "Manuel Darío" o "El Bolero de los Celos" son piezas clásicas, reconocibles y celebradas que visualizamos en las figuras de Mundstock, Maronna, López Puccio, Núñez Cortés y el gran Daniel Rabinovich. Su pérdida deja hueco a nuevas caras: Horacio "Tato" Turano y Martín O'Connor, nombres de sólida trayectoria artística y ya presentes el la banda (eran sustitutos).

¡Chist! como buen refrito de antiguos éxitos de la banda, nos aseguraba una oportunidad de oro para revisar, en directo, obras maestras del humor pícaro como "La Bella y Graciosa Moza Marchose a Lavar la Ropa", supuesta composición de ese icono del despropósito "classique" que es el imaginado Johann Sebastian Mastropiero. Poca novedad por tanto en el setlist, obras reconocibles para todo fan del grupo, perfectas muestras de humor refinado, irónico y con picantón que hilvanan canciones donde se parodia cualquier género, del madrigal al rap o el bolero. Por supuesto, interpretados con los habituales y sorprendentes cacharros sonoros de Les Luthiers (que efectivamente son luthiers, creadores de instrumentos musicales).

Un poco como el teléfono de Gila o el estudio del contrato de los hermanos Marx, las piezas del grupo argentina tienen mucho de clásicos del humor por encima del bien y del mal, de vuelta de todo, y uno solo puede rendirse a este hecho, y más frente a ellos, cuando asiste a "¡Chist!". Y si bien es cierto que se hecha en falta, y mucho, a Daniel Rabinovich, no se puede decir ello en demérito de las nuevas y fantásticas incorporaciones. Les Luthiers siguen siendo únicos.