Un estudio en el que participa la Universidad de Granada ha demostrado que sufrir experiencias traumáticas repetidas en la infancia o en la adolescencia multiplica por siete la posibilidad de padecer psicosis en la edad adulta. Esa posibilidad se multiplica por seis entre quienes han sido consumidores intensos de cannabis (cinco o más veces por semana) durante la infancia o adolescencia.