"En mi novela está muy presente la incertidumbre", dice Marina Mayoral. "Ya decía Unamuno -añade- que al ser humano le está negada la certeza en esos momentos que empiezan tras la muerte. Que al ateo más convencido le resuena una vocecilla que le dice "quién sabe". Pero Unamuno pensaba que si no hay un más allá, una transcendencia, la vida no tenía valor. Yo pienso que no, que la vida es en sí misma un valor, que no es menos bella porque sea efímera, porque se abra en los brazos de la muerte." La escritora piensa que moverse en la incertidumbre no le disgustaba porque la incertidumbre podía generar tolerancia, pero las certezas absolutas pueden dar lugar a actitudes totalitarias. Y sobre esa incertidumbre que es, no la muerte sino lo que hay tras ella, trataron algunos casos de los que habló.

Casos y casos

"Está escrito el caso de un hombre al que dio un infarto en un parque, le llevan a una UVI y para intubarlo le quitan la dentadura postiza. Vuelve a la vida y lo primero que le pide a una enfermera es su dentadura; como ella no se acuerda, estupefacta, de dónde la puso, él le dice exactamente donde. . 'No estaba vivo -le dijo ella- ¿Cómo sabe que fui yo quien se la quité y quien la guardó ahí?' Pues algo parecido le pasa al protagonista de mi novela, al que una enfermera le dice boquiabierta: "¡Pero si usted estaba muertísimo.!" También podría contar cómo la muerte de Leopoldo Panero fue presentida en su lecho del hospital por su mejor amigo". Casos como este narró en su charla Mayoral, de la que Alonso Montero había dicho que no solo tenía un talento indiscutible en sus formas literarias sino un conocimiento de lo que puede gustar a sus lectores.