La fiesta de los callos de Porriño, que celebró su edición número XXII, cerró ayer con unas 15.000 raciones vendidas, según explicó el presidente de la Asociación de Hosteleros, José Manuel Fernández.

Los comensales fueron llegando desde las 11.00 de la mañana, si bien los primeros que lo hicieron preferían llevar los callos para comer en casa, el día estaba verdaderamente desapacible. Pero a última hora de la mañana la climatología mejoró un poco y los asistentes prefirieron degustar los callos en los diferentes locales y en algunos casos seguir con algo más.

"Creo que puede decirse que la fiesta de los callos de este año ha sido un éxito, hemos mejorado con respecto al año pasado y estuvimos más preparados", destacó Fernández.

Este año fueron 38 los locales que se apuntaron a la fiesta de los callos. La mayoría ofreció callos a su propio estilo, tal y como los han elaborado siempre, aunque algunos establecimientos "industrializaron la producción" para la jornada, ante la invasión de comensales. "No es fácil preparar 400 raciones", explicaba el representante de uno de los establecimientos.

Los primeros en agotar las existencias fueron La Cueva y O Celtiña, dos de los lugares típicos para la degustación de callos en el centro de Porriño. Por la tarde algunos otros locales seguían despachando en una fiesta "contra el temporal".

La fiesta de los callos llevó a Porriño a comensales llegados desde toda la comarca y desde Vigo. "hemos venido un grupo de amigos, que nos encantan los callos y nunca nos hemos perdido nunca esta fiesta", asegura Manuel, que acudió a la fiesta con un grupo de amigos.

Natalia lo hizo también con varias chicas y probaron los callos en tres establecimientos, en uno de ellos -saspi- callos vegetarianos. "La verdad es que en los callos vegetarianos apenas sabes que no degustas callos verdaderos, están muy bien condimentados".

El potaje de callos porriñés ayer resultó de nuevo un éxito total, sin aglomeraciones como las de otros años cuando la fiesta se celebraba bajo carpa y con olla gigante. "Para el temporal no hay nada mejor que una buena tapa de callos", afirmó Arturo, que después de tres raciones dijo descansar hasta el año que viene. "Creo que no voy a tomar más callos en meses, pero, estaban verdaderamente deliciosos".