Un avión con motor los remolca hasta el aire. Piloto y copiloto dirigen un avión "no tripulado" sin motor que, con sus piruetas, deberán seducir durante cinco minutos al jurado. "Loopings" que dibujan círculos en el cielo, "Hambones" que ascienden para después bajar con una acción brusca o "Caídas al ala" que giran de una manera espectacular después de elevarse y descender.

Los que conocen o pilotan mediante radiocontrol el vuelo acrobático sin motor lo definen como un espectáculo silencioso, bonito, en el que se observan las piruetas con el único silbido de la aeronave, categorizada como "velero" cuando carece de propulsión asistida.

Desde ayer, el aeródromo de Porriño acoge un open nacional en el que doce pilotos compiten en "categoría avanzada", una prueba en la que los pilotos maniobran creando acrobacias en un tiempo máximo de cinco minutos. De los doce que comenzaron participando ayer, hoy cuatro se disputarán el título en una prueba que comienza a las 9.30 horas. Los pilotos más experimentados se disputarán el podio de "la absoluta", prueba diferenciada por una mayor autonomía y un estilo libre.

Los pilotos, bajo las instrucciones de un copiloto que los asiste impidiendo que aparten la vista del vuelo, participan bajo el código de Aresti, por el que son juzgados.

La prueba que se celebra en Porriño durante estos días cuenta con un jurado de excepción. Los cinco miembros, entre los que se encuentran los gallegos Francisco Piñeiro y Gloria Muñiz, pertenecen a a la Federación de Aeronáutica Española. Como cuenta el actual campeón de España, Gerardo Martínez: "Ellos son los que nos guían para conocer los fallos y mejorar".