Hasta treinta estrellas fugaces por minuto cruzarán la bóveda celeste en la madrugada de mañana miércoles al jueves durante la lluvia de Perseidas o "Lágrimas de san Lorenzo". La Luna, en fase nueva, se ha aliado este año con el espectáculo de las Perseidas, aunque parece que no lo harán las condiciones meteorológicas. La ausencia de Luna hará que el cielo esté oscuro, condición que favorece la observación de las lluvias de estrellas. Sin embargo, la presencia de nubes podría ocultarlas por completo.
Ante estas previsiones, algunas asociaciones de astronomía han adelantado o retrasado las actividades para contemplar las Perseidas. "Aunque la noche de mayor concentración de estrellas fugaces será la del miércoles al jueves, no habrá mucha diferencia con las que se puedan ver en la noche de hoy a mañana y del viernes al sábado porque no se trata de una lluvia con una actividad muy concentrada, sino que dura varias semanas", explica Enrique Alonso, presidente de la Fundación Ceo, entidad que gestiona el Observatorio de Forcarei, en Pontevedra.
Este centro celebrará una jornada de puertas abiertas el viernes y ha pasado a la noche del 14 al 15 la observación de las Perseidas, ya que según las previsiones meteorológicas, el cielo estará más despejado esa noche. Teniendo en cuenta, además, que el sábado es festivo, la Fundación Ceo espera superar el número de visitantes de otros años, que se sitúa en torno a los 300.
El Castro de Troña, en Ponteareas, es otro de los puntos de encuentro para ver estos meteoros. En este lugar, miembros de la Agrupación Astronómica Rías Baixas explicarán este fenómeno a los interesados, a quienes antes, a las nueve de la noche, se les ofrecerá una visita guiada a este castro. Aquí se mantiene la fecha de la noche del miércoles al jueves. Los aficionados a la astronomía viven estos días mirando al cielo, y no solo para ver las Perseidas, sino en busca de las temidas, aunque esperadas nubes. La agrupación viguesa llevará varios telescopios hasta este enclave de Ponteareas, aunque no para contemplar las Perseidas, sino para mostrar las constelaciones. "Las Perseidas hay que verlas a simple vista, sin telescopios ni prismáticos; y tumbado, porque nuestra visión abarca más cielo que de pie", explica Pablo José Martínez, de la Agrupación Astronómica Rías Baixas.
Es, por tanto, un espectáculo que no requiere equipamiento. "Lo único que se necesita es una manta para poder tumbarte y una chaqueta para no pasar frío, y elegir un lugar alejado de las luces de la ciudad y donde no haya otros elementos que entorpezcan la visión del cielo. Tampoco es necesario localizar la constelación de Perseo. Las Perseas cruzan todo el cielo. Lo importante es escoger un sitio oscuro", añade Martínez. En Vigo, muchos aficionados a las Perseidas suben al monte O Cepudo, en el parque forestal Monte Alba, y al do Vixiador, aunque la playa de O Vao también es un lugar bastante bueno para contemplar esta lluvia de estrellas, según Martínez.
Mañana por la noche, el monte del Gaiás, en Santiago, también se convertirá en un observatorio. Allí, los asistentes podrán contemplar las Perseidas acompañados por monitores del Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidad de Santiago de Compostela, que también darán nociones básicas para aprender a mirar el cielo a simple vista.
Los aficionados coruñeses se reunirán la noche del 12 en el parque Eirís, donde se apagará el alumbrado para reducir la contaminación lumínica y permitir la visualización, convocados por la Agrupación Astronómica Coruñesa Ío. "·No es el mejor sitio para ver las Perseidas, pero al coincidir entre semana es el que resulta más cómodo", explica Óscar Blanco, expresidente y socio fundador de Ío.
El concello ourensano de A Veiga tendrá su noche de Perseidas un día antes, el 11. Será precisamente el miembro de esta agrupación quien explique este fenómeno a los aficionados que se acerquen hasta las montañas de Trevinca, candidatas a Destino Turístico Starlight, distinción que se concede a aquellas zonas que tienen excelentes cualidades para la contemplación del cielo, al estar protegida de la contaminación lumínica.
Los aficionados a la astronomía aseguran que la contaminación luminosa es uno de los principales obstáculos para disfrutar de la visión del firmamento y recuerdan que persiste hasta 20 kilómetros más allá de las ciudades. "Usamos una inmensa cantidad de luz que no nos deja ver el firmamento y que tampoco nos ilumina. Nosotros insistimos en que otra iluminación es posible", afirma Enrique Alonso.
