Con muchos nervios, con ganas de aprender, de participar y de ver hasta donde pueden llegar. Así se han mostrado los pequeños aspirantes que participaron ayer en el proceso de selección para la tercera edición de "MasterChef Junior", quienes desde ayer están más cerca de cumplir su sueño.

Casi 6.000 aspirantes, que son prácticamente el doble con respecto a la pasada edición, asistieron a los "castings" celebrados en distintas ciudades españolas como Barcelona, Valencia, Bilbao, Málaga y, por último, ayer en Madrid.

La prueba a la que se sometieron consistió en emplatar sus creaciones que traían ya hechas de casa: algunos llevaban desde las cuatro o las cinco de la mañana levantados para preparar su carta de presentación, otros lo tenían preparado desde la tarde anterior, según comentaron algunos de ellos.

Platos como merluza al vapor de romero, pollo escabechado con patatas fritas, secretos del bosque -pastelitos de setas- o tartar de salmón con aguacate son algunas de las muy elaboradas muestras del talento que se mostraron ayer.

Langostinos rebozados con coco rayado es lo que eligió Carolina Rodríguez, de 9 años, es su primera prueba, quien estaba algo nerviosa. Su madre cuenta que la repostería también "se le da muy bien" y que superar esta prueba será "muy difícil", porque hay "mucho nivel".

Una edición que destaca de las anteriores por un "mayor conocimiento" por parte de los niños de los temas gastronómicos, "preparación y experiencia", según la dirección.

"Es difícil describir un perfil, pues a estas edades son muy homogéneos, aunque luego una vez en el programa encuentras niños muy diferentes", subraya la directora Esther González.

Vocación

"Son niños que piden a sus padres como premio, por sacar buenas notas o por sus cumpleaños, ir a un restaurante con estrellas Michelin", recuerda González. "Son auténticos seguidores y aficionados a las pasadas ediciones del programa, que han descubierto su vocación gracias a él", precisa.

Cocinan "cada vez mejor" y a edades más tempranas; hay niños de 8 años que cocinan desde los 6 y hablan de cocina "como adultos", con los términos y tecnicismos de la cultura gastronómica, sostiene la directora del "casting".

Un hecho que dice dejar "asombrado" a Hugo Escolies, uno de los profesionales que ayer se encargaba de la cata de los platos de los aspirantes.

Escolies ponía ejemplos de cómo los niños utilizan la jerga del oficio: "'He aromatizado el aceite' o 'Lo he confitado siete minutos' eran frases que escuchó decir a una pequeña participante en Valencia, y eso está muy bien porque, al final, de eso trata la cultura gastronómica", añade.

Ahora que está de moda la cocina, programas como "MasterChef Junior" han destapado una ola de infantes aficionados a la gastronomía, que quieren o les gustaría elegir este gremio como carrera profesional.