"Nunca pensé encontrarme en la casa grande, en la de don Ramón Otero Pedrayo para recibir un galardón que asocié con personas sabias". Esta fue una de las primeras reflexiones del escritor gallego Agustín Fernández Paz, uno de los autores más valorados en el ámbito de la literatura infantil y juvenil de Galicia, en el momento de recibir ayer el Premio Trasalba 2014, que organiza anualmente la Fundación Otero Pedrayo, y que tuvo lugar en la casa museo, en el Concello de Amoeiro.

Se convirtió en un acto reivindicativo, en favor de la literatura en gallego, así como de reconocimiento a la figura de Otero Pedrayo, que fue una de la "piezas claves" de la Xeneración Nós, como proclamó Fernández Paz, y en la que estuvo presente el conselleiro de Cultura y Educación, Xesús Vázquez, el alcalde de Amoeiro, Rafael Rodríguez, el presidente de la Real Academia Galega, Alonso Montero -que presidió el acto literario-, el presidente de la fundación Víctor Freixanes, la anterior galardonada, la gaiteira Cristina Pato, así como representantes del mundo de la cultura gallega.

Fernández Paz, durante su intervención apuntaló su defensa del idioma gallego con referencias a Rosalía de Castro y a la Xeración Nós, que tuvieron un papel relevante, ya que "no fueron fáciles los tiempos de don Ramón, ni tampoco los nuestros", pero trasladó la esperanza que tiene sobre el futuro, con la proclama de que "el gallego no hace más fuertes.

También tuvo un reconocimiento a esa generación de docentes, de la que forma parte, que "lucharon por nuestra lengua", y reconoce que en esa tarea "no estuve solo, y destacar el trabajo de Escola Aberta y Avantar para conseguir transformar la educación, una renovación pedagógica que consiguió cambiar "prácticas autoritarias que había", encardinada en "esa ambición que tenemos de cambiar el mundo".