El polifacético Pablo Carbonell no deja aparcado el humor en ningún momento. Recién llegado de una gira por Colombia con el grupo que montó en los 80, Los Toreros Muertos, inicia hoy en Galicia una gira en solitario con su nuevo espectáculo, "Canciones de cerca", en el que combina música y humor. Estará hoy en Arteixo, mañana en Baiona (Taberna Marrucho, 23.00 horas), el viernes en Lugo, el sábado en A Laxe y el domingo en Boiro. Le pillamos terminando de arreglarse en la peluquería ("es que en Galicia tenéis mucho estilo y tengo que ir guapo", bromea) y a punto de ir a recoger a su hija de cinco años, a la que más añora en cada uno de sus viajes.

-¿Cómo son esas 'canciones de cerca' a las que nos invita?

-Estoy yo solo con la guitarra. He seleccionado los temas más teatrales y payasos de mi nuevo disco, aquellos que me dan juego para interpretar y monologar, y las expongo de la forma más descarnada. Al principio iba con dos músicos, pero uno murió y el otro emigró, así que ahora estoy yo solito ante el público, dedicado enterito a él, ya que no puedo bromear con nadie más.

-¿Cuánto hay de guión y cuánto de improvisación en su espectáculo?

-Tengo un guión, aunque siempre voy improvisando porque cada público tiene un buenas noches determinado y según se encuentra mi sistema nervioso de ese día las interpreto de una forma u otra. Las situaciones son bastante absurdas, como las canciones, y eso me da juego para mostrar muchos sentimientos.

-Y las canciones, ¿cuánto tienen de Los Toreros Muertos?

-Son muy de rock and roll... se creen que los payasos no tenemos rock y eso no es cierto; podemos ser igual de salvajes.

-Está bien unir sus dos talentos en uno...

-¿Por qué prescindir de ninguno de ellos? Ya que tenía un cierto don para hacer reír y para cantar, me decidí a unirlos en un solo montaje. Pero con la música sola sigo disfrutando también mucho. Acabamos de volver de una gira por Colombia con Los Toreros Muertos y no sabes cómo hemos llenado... gusta mucho nuestra música en ese país, que es uno de los más felices del mundo.

-¿Cuándo grabó el disco?

-Es reciente; lo grabé durante dos años, a intervalos del escaso tiempo libre que tengo, en Cádiz. Pero ya teno ganas de estudio de nuevo.

-Ha hecho cosas de lo más variado... ¿en qué proyecto trabaja ahora?

-Pues estoy enfrascado en la dirección de un musical, que ya he escrito pero que ahora tengo que empezar a mover por los despachos. Será sobre La Bola de Cristal, con la música de esos grupos geniales de los 80 que representaron a una sociedad que se trasformaba, a una juventud valiente y con ganas de divertirse y con mucha curiosidad: Siniestro Total, Radio Futura, Alaska y los Pegamoides... No puede faltar ninguno de ellos.

-Supongo que, en los tiempos que corren, ahora le toca la parte más complicada, la de encontrar la financiación.

-Estoy optimista; creo que me lo van a quitar de las manos.