La cocaína convirtió a Gustavo Biosca (Madrid, 1977), el cómico suicida que saltó a la pantalla de la mano de Santiago Segura en 2007, en un destroyer, en un caradura con aspiraciones de mago que por fin consiguió desintoxicarse con la ayuda de un chamán en plena selva peruana. Biosca narra ahora en Diario de un cocainómano (Temas de hoy) la tragicomedia en la que se convirtió su vida.

-Cómico y suicida, ¿cómo marida la broma y la ironía con la muerte?

-Siempre me ha gustado el humor negro y la polémica. Tengo mucha facilidad para meterme en líos.

-Al meterse con los yonkis de Las Barranquillas, ¿se sentía más cómico o más suicida?

-Me sentía un cobarde absoluto. La verdad es que era surrealista y además reconozco que me metía con personas a las que yo había ido a comprar droga en alguna ocasión. Era un pusilánime. Me encanta esta palabra.

-¿Qué es lo que le gusta de la palabra pusilánime?

-Es cursi, ridícula y cómica.

-¿En cuáles de esas aventuras descabelladas pasó más miedo?

-Cuando me fui a provocar a una procesión católica. Las señoras mayores son las que más miedo dan cuando se sienten envalentonadas por la multitud que las acompaña. La verdad es que en casi todas mis actuaciones suicidas pasé miedo. También lo pasaban los cámaras que me acompañaban porque nos pegaban a todos. Ahora no lo haría ni loco pero en aquella época yo estaba pirado.

-¿Quiere decir que estaba colocado?

-No. Nunca fui colocado a la televisión pero para las actuaciones en salas sí que me drogaba. Yo era cómico y adicto. Ahora sólo soy cómico.

-¿Cuánto podía gastar en droga en una sola noche?

-Depende, pero 600 euros los gastaba fácilmente. No sólo en droga. Con ese dinero también bebía, cogía taxis para ir a por la droga e invitaba a mis amigos.

-¿Cómo es posible que teniéndolo todo, una persona se sumerja en la destrucción de las drogas?

-Me lo he preguntado muchas veces. Las personas que tienen todo en la vida son las que más se enganchan a la droga. Yo me enganché porque me gusta la droga. No es necesario sufrir un problema para que te drogues. Lo lógico es que te guste la cocaína, te enganches después y luego aparezcan los problemas.

-¿No será que en el fondo es usted un tímido que buscaba arrestos en la droga?

-Siempre he sido muy tímido y cobarde y a lo mejor eso ha influido en mi tendencia al gusto por las drogas. Una vez enganchados, los drogadictos se convierten en caraduras, manipuladores y mentirosos. La cocaína me hizo un manipulador y un mentiroso.

-¿Hay mucha droga entre el artisteo patrio?

-La misma que puede haber entre los mecánicos de coches. España es el país del mundo donde más cocaína se consume.

-Además de cómico usted quiso siempre ser mago, ¿cuándo descubrió que la droga no es nada mágica?

-La droga tiene magia si la consumes en un entorno espiritual.

-¿De verdad sigue pensando que la droga no es nociva?

-Yo ya no me drogo. Me he convertido en una persona normal con una vida ordenada y menos apasionante que antes. De todas formas, en estos momentos me daría mucha pereza volver a consumir cocaína. Recuerdo el ritual de ir a comprar la droga como algo más morboso que el propio consumo.

-¿Cómo es posible hacer reír a la gente cuando uno está completamente deprimido?

-Hacer comedia es de los mayores dramas que conozco.

-¿Se sintió apoyado en su proceso de desintoxicación?

-La gente es muy interesada. Cuando salía en la televisión me hacían la pelota. Más tarde, cuando me desfasé del todo, la gente se alejaba de mí.

-¿Es cierto que llegó a pensar en la muerte como en una liberación?

-Todos los adictos piensan en el suicidio.

-¿Qué tipo de magia sucedió para que un día decidiese tomarse en serio el dejar la droga?

-No me funcionaba ningún método de desintoxicación de los que ofrecen en España, así que aposté por un tratamiento alternativo.

-Y sólo se le ocurrió desintoxicarse en la selva amazónica de Perú ayudado por chamanes.

-Sí. Tienes un chamán en vez de un psiquiatra y vives al aire libre. Cada poco tiempo me daban un brebaje de ayahuasca para depurar.

-¿De ayahuasca?

-Sí. Es la raíz de un árbol, una especie de medicina.

-¿Cuál es el principal mensaje que quiere dar en su libro a las personas que sufren una adicción?

-Que se puede salir de las drogas. En mi libro explico con un humor cómo funciona un adicto. Es un monólogo de humor o una tragicomedia.