La exposición prolongada al ruido elevado puede provocar daños auditivos irreversibles, como la sordera y la hipoacusia, por lo que proteger los oídos del exceso de decibelios es vital para garantizar la salud auditiva, según los expertos. Dionisio Alonso, otorrino del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) y audiólogo, asegura que más grave que la perdida de audición es el acúfeno, un zumbido constante que puede llegar a causar serios trastornos de sueño, estrés o depresión, y para el que no existe tratamiento más allá del psicológico, advierte este especialista con motivo del Día Mundial del Ruido que se celebra hoy.

Casi el 35 por ciento de los trabajadores considera que el nivel de ruido al que están expuestos en su lugar de trabajo es molesto, elevado o muy elevado. Obreros industriales, mecánicos de taller, trabajadores de la construcción, la minería y la industria en general, y conductores de vehículos son los profesionales más afectados por problemas auditivos debido a su exposición al ruido.

El doctor Alonso recomienda a los trabajadores que por su empleo están expuestos a un elevado ruido exigir y cumplir las medidas de protección que se establecen por ley porque la protección ha demostrado ser la herramienta más eficaz para evitar lesiones auditivas. "Desde estas medidas de prevención de riesgos laborales están legisladas, las lesiones auditivas han descendido casi un cincuenta por ciento con respecto a hace veinte años", expone este experto en los efectos del ruido.

El audiólogo vigués añade, sin embargo, que hay que extremar la vigilancia en las pequeñas empresas, donde se continúa descuidando la prevención. "Hay que concienciar a las pequeñas empresas y a sus trabajadores de la importancia de proteger sus oídos del ruido prolongado", asegura el médico, que reconoce que a veces los trabajadores dejan de usar la protección porque esta le resulta incómoda.

Pero no solo determinados trabajadores están expuestos al ruido. El ruido está presente en la vida diaria, aunque hemos aprendido a convivir con ello y este ruido, dependiendo del momento en que se produzca, puede provocar importantes alteraciones psicológicas o psíquicas a quien lo padece. "Por la noche, cualquier ruido que sobrepase los 35 decibelios de intensidad ya es molesto para conciliar el sueño. Un ronquido, por ejemplo, puede producir 40 decibelios, lo que ya sería molesto para el descanso", explica el audiólogo vigués, que añade que un ruido que supere los 75 decibelios puede provocar daños irreversibles en el sistema auditivo.

El especialista explica que ciudades industriales como Vigo soportan un elevado nivel de ruido, aunque añade que la ciudad olívica ha dejado de ser la segunda ciudad europea con mayor contaminación acústica. "La colocación de árboles y bancos, y el cambio de asfaltado han contribuido a que las mediciones de ruido sean mucho menores que hace cinco años", explica.

El doctor Alonso no desaconseja el empleo de auriculares para escuchar música, aunque recomienda dejar descansar el oído quince minutos cada hora a quienes les guste el volumen alto para evitar problemas auditivos en un futuro.