Minutos después de las tres de la tarde de ayer, hora local (10 de la noche en España), la puerta de la casa mexicana de Gabriel García Márquez se abrió y pudo verse el pequeño cortejo fúnebre que trasladaba al Palacio de Bellas Artes de la capital las cenizas del gran escritor colombiano, autor de "Cien años de soledad". No se vio en la comitiva a su viuda, Mercedes Barcha, ni a los hijos del matrimonio, Gonzalo y Rodrigo, que probablemente se trasladaron en otros automóviles, así como el resto de la familia y amigos íntimos. Cientos de mexicanos hicieron cola durante toda la jornada para poder dar el primer adiós oficial a un escritor universal, Nobel de Literatura. Colombia le dará mañana otro adiós, con una misa en la que se interpretará el "Requiem" de Verdi.

La familia todavía no ha anunciado su decisión sobre el destino de las cenizas del escritor, aunque todo parece indicar que se repartirán entre su Colombia natal y México, el país en el que residía. Durante tres horas, las cenizas de García Márquez, el creador que imaginó y escribió sobre su propio entierro, estuvieron expuestas en el Palacio de las Bellas Artes en una urna cubierta de flores amarillas, sus favoritas. Amigos, lectores y admiradores pudieron despedirse de uno de los escritores más universales y queridos. El recinto estaba adornado con una alfombra roja y flores amarillas, las favoritas de Gabo.

"Me da mucha tristeza su muerte. Soy argentina, estamos de visita en México y nos quedamos un día más para asistir a este homenaje", declaró a "Efe" María Laura Flores, quien se encontraba acompañada de su esposo y sus dos hijos.

Estaba previsto que el acto institucional, al que asistieron los presidentes de México y de Colombia, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos, respectivamente, comenzará a las siete y media de la tarde (02.30 de la madrugada, hora española). Ambos pronunciaron discursos. Numerosas personalidades de la cultura mexicana y americana asistieron al acto.

Querido, admirado y leído, García Márquez, fallecido el pasado jueves a causa de un cáncer, a los 87 años, no ha parado desde entonces de recibir honores improvisados y sentidos. Uno de los más emotivos fue el que le rindieron en el Barrio Latino de París, donde vivió penurias pero también supo ser feliz, junto a la actriz española Tachia Quintana Rosoff, exiliada del franquismo, que entonces contaba 27 años. Fue uno de sus grandes amores. Tachia Quintana tiene hoy 85 años y habló, emocionada, del escritor y del hombre. "Este era nuestro barrio. Yo compartí un año de mi vida con él", declaró.

En 2007, Tachia Quintana escribió: "Mi Gabriel quiso dedicarme 'El amor en los tiempos del cólera' en la versión francesa, con el beneplácito de Mercedes, con quien me une una verdadera amistad y hasta una cierta complicidad".

Durante el pasado fin de semana fueron llegando a la casa familiar allegados e íntimos de la familia García Márquez. Entre ellos el hermano menor del escritor, Jaime, vicepresidente de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. "No tengo las palabras, no las tengo", afirmó entre lágrimas.