Desde muy joven, Manuel buscaba respuestas a su existencia. Asegura que las enseñanzas de grandes maestros del yoga, con los que se formó en la India, Inglaterra o Estados Unidos, arrojaron luz a las dudas. Mádhana introdujo esta filosofía en Galicia y hoy tiene cientos de seguidores. Este fin de semana ofrece un curso intensivo de Ashtanga Vinyasa Yoga, un método que se caracteriza por su dinamismo.

-Creó la primera escuela de yoga en Galicia en 1977. ¿Cómo era en esos momentos la aceptación?

-El desconocimiento total y los inicios fueron complicados. Había unas ideas preconcebidas y todas aquellos pensamientos o filosofías diferentes eran miradas con sospecha. Es un proceso evolutivo y, según se desarrolla la sociedad y hay una mayor preparación educativa, hay una mayor amplitud mental y aceptación.

-¿Cómo es actualmente la situación, se ha conseguido en Galicia una cultura del yoga?

-Hay un interés cada vez mayor porque se ha comprobado científicamente que el yoga es beneficioso para el cuerpo y la mente y el ser humano siempre busca su bienestar psicofísico.

-Vivimos en una sociedad que quiere las cosas de forma inmediata. Los beneficios que aporta el yoga precisan de un tiempo...

-Sí, hoy prolifera el deseo por lo inmediato y se produce una inquietud y estrés cuando no se obtiene el resultado deseado rápidamente. Pretendemos sembrar las semillas y obtener directamente el fruto, pero hay que darle tiempo para que crezca, al igual que ocurre con el yoga. El yoga enseña a modificar esos estados negativos de la mente en favor del entendimiento y comprensión de uno mismo y, cuando uno entrena de forma seria, los resultados son altamente efectivos.

-¿Qué herramientas proporciona el yoga para el ciudadano de la calle?

-Métodos como la meditación, la respiración , la concentración y la dieta producen enormes beneficios en el cerebro, mejoran el ánimo y combaten la angustia, el estrés y la depresión. A nivel orgánico, el yoga también mejora el funcionamiento del sistema nervioso, del aparato locomotor, circulatorio e inmunitario y de ello se hacen eco revistas especializadas como Nature, Science o New England Journal of Medicine. Los yoguis han descubierto otros estados de conciencia que superan a este que conocemos.

-¿Nos puede ayudar el yoga a no sufrir?

-El sufrimiento es consustancial al ser humano, la vida se basa en esa dualidad placer-dolor. El yoga ayuda a comprender los estados mentales y su propuesta es modificar el nivel de conciencia para entender que el yo tiene que ser impulsado hacia un estado cumbre. Si estamos atrapados en un enjambre continuo de pensamientos nos impide experimentar la tranquilidad que uno busca. Lo importante no son los acontecimientos, sino la manera que tenemos de enfrentarnos a ellos.

-¿La crisis empuja a más personas a buscar terapias alternativas para mejorar su salud?

-El ser humano no puede ser pasivo, debe implicarse para mejorar su salud en base a otros cuidados que puede dar el yoga. Actualmente tiene mucho arraigo social los métodos de relajación mainfullness (cultivo de la atención plena de manera consciente momento a momento); es una herramienta que utilizan muchos profesionales, el cultivar la atención consciente en el presente y no pensar tanto en cómo estuvimos en el pasado o en cómo estaremos en el futuro.