Si hubiera que describir en solo cuatro palabras cómo recibió el público de Vigo ayer el espectáculo Symphonic of ABBA ofrecido en el Teatro Novacaixa se podría indicar que quedó "con la boca abierta". La revisión en rock sinfónico -binomio de melodía rockera y pop con clásica- del repertorio del grupo sueco durante dos horas y cuarto y a cargo de una orquesta de una treintena de músicos, cuatro voces en los coros y cinco voces principales fue un regalo auditivo y visual para un teatro que prácticamente se llenó.

El arranque fue original. Con el telón aun bajado, la orquesta interpretó "Así habló Zaratustra" de Richard Strauss -más conocida por ser la canción estrella de la banda sonora de Una odisea en el espacio. Seguía el telón sin levantarse y los músicos enlazaron con una mezcolanza instrumental de varios temas de ABBA con el principal peso de las notas descansando en la sección de cuerda y viento, viéndose solo la silueta de un violinista proyectada sobre el telón.

Cuando este se elevó hacia el peine del teatro, la cantante Alicia Nilsson (la morena alta, para más indicación a los asistentes) comenzó a entonar uno de los singles del último disco que sacó ABBA "The visitors" (1981), más conocida como "Crackin´up", que si los expertos lo permiten, se puede traducir como alucinando.

Precisamente, eso hizo el público cuando se percató de que la voz masculina que hacía doblete con Nilsson procedía de un hombre de larga coleta sentado en una butaca de la fila siete. Con elegancia, Nilssonse erguió y fue acercándose al escenario, recordando con su voz a aquellos excelsos cantantes de hard rock anglosajones de los años 80.

El siguiente tema fue "On an on", con las voces del alemán Tommy Heart y Alicia Nilsson, no hizo más que seguir embrujando a los asistentes que iniciaron la apoteosis en la tercera canción.

En esta, "Thank you for the music", la protagonista fue Michele McCain, una voz negra poderosa que desfiló por el pasillo central del patio de butacas dejando a todo el público con la boca abierta nuevamente con ese tema que homenajea a la melodía.

La quinta cantante apareció dos temas después, la inglesa Lydia Lauren (concursante de La Voz), cuya habilidad vocal también fue excelente.

Los cinco cantantes fueron desgranando temas de ABBA hasta el descanso. Tras este, arrancaron con el repertorio más conocido del grupo empezando por "SOS", "Money, money, money" y "Fernando". El público se puso en pie con "Take a chance on me", "Dancing queen"; ovacionó la versión en español de "Chiquitita" en la voz de Lauren y disfrutó de "Mamma mia" y "Waterloo", bailando desde niños a abuelos, todos entregados al espectáculo.

Este, en su recta final, tras unos treinta temas, cerró con "Ginme, ginme" y de nuevo "Waterloo", recayendo en esta última parte del protagonismo en el saxofonista, habitual en los directos de Joe Cocker. Los seis bajaron del escenario para despedirse de un público que ovacionó la entrega de los artistas, mientras Novacaixa informaba con una proyección en el telón que en octubre el teatro recibirá el "Symphonic of Queen".