El Papa Francisco celebra misa matinal todos los días en el monasterio de Santa Marta donde reside en Roma. Misas con homilía para un auditorio compuesto por personal del Vaticano, religioso y laico. Y en esas homilías, nada protocolarias, Francisco da caña, petardazos diarios con la jerarquía católica como diana. En estos tres meses de papado Francisco criticó las ansias de dinero y poder de la curia, las vanidades, las soberbias y las ambiciones y hasta el gusto por el traperío. Nunca dio un nombre, pero seguro que muchos de los que le escuchan se dan por aludidos.

Hasta la fecha en ninguna de las ya conocidas como "homilías de Santa Marta" Francisco mencionó expresamente la homosexualidad, pero hay quien piensa que está al caer. La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) se lo ha puesto a tiro. La CLAR lamentó "profundamente" ayer que una conversación privada con el papa, en la que el pontífice aludió a la existencia de un "lobby gay" en la curia vaticana, hubiera salido a la luz. El Papa contestó, al parecer, a una pregunta formulada por uno de los miembros de la Confederación. La audiencia no está grabada "por lo que no se pueden atribuir al Santo Padre, con seguridad, las expresiones singulares contenidas en el texto, sino solo su sentido general". Ese "sentido general" de la audiencia, pero con palabras textuales y entrecomilladas del santo padre, fue publicado por una web chilena ligada a la Teología de la Liberación, y a las pocas horas había dado la vuelta al mundo.

La CLAR no desmiente las declaraciones del papa, solo las matiza, obligada por la dimensión mediática que ha cobrado el asunto. Es la primera vez que un papa, aunque sea en audiencia privada, se refiere a presencia activa homosexual en la jerarquía vaticana.

No hay nada en las homilías del papa Bergoglio que no esté archipensado. Anima a una iglesia distinta ("cuánto me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres") y lanza mensajes a los obispos, en lo que algunos han calificado de "combate psicológico" que no hizo más que empezar. "

Uno de los teólogos de mayor renombre en Galicia, Andrés Torres Queiruga, analiza lo acontecido en clave evangélica: "Esas declaraciones atribuidas al Papa Francisco responderían bien a su intención. Reflejan su talante evangélico; ya que desea que la Iglesia aparezca ante del mundo con claridad. Quiere mostrar la verdad del Cristianismo y esto respondería a una actitud honesta", asegura. Aún así, "conviene buscar la verdad con valentía", añadió.

Los dardos de Francisco, muy hábilmente lanzados hacia la jerarquía (nunca hacia la Iglesia de a pie), tienen mucho que ver -señalan los expertos- con el informe Vatileaks, que destapa las intrigas y corrupción vaticanas y cuyo contenido está a buen seguro detrás de la histórica renuncia de Benedicto XVI.

Menos crédulo con la intención de que el supuesto "lobby gay" trascendiese se muestra el sacerdote y teólogo Francisco Carballo. El autor del ensayo "A igrexa galega" alude a la falta de grabaciones que demuestren las palabras literales. "Si lo dijo, aunque fuese en privado, tendrá una batalla muy fuerte porque se ha metido muy a fondo", asegura. Se muestra extrañado: "El Vaticano es un lugar en el que hay miles de hombres; podría existir un grupo de inclinación homosexual, no es sorprendente". El teólogo gallego se refiere a que la condena de la doctrina católica es el "uso sexual" de la homosexualidad. El debate está abierto entre sectores más progresistas. "Una cosa es la ley y otra la moral", aclara.

El antropólogo gallego del CSIC Manuel Mandianes alerta de la "imprudencia" de haber revelado esas declaraciones del Papa, que podría haber realizado como "desahogo" en un entorno de confianza. Poniéndose en la situación de intencionalidad, asegura: "Si lo dijo para que se supiera, quiso responsabilizar y compartirlo con las altas esferas de la Iglesia; además de que quiere purificarla, caiga quien caiga". Mandianes también hace hincapié en que no se habla de prácticas sexuales homosexuales, sino de un lobby secreto de este signo, formado por personas de esa tendencia y que quiere conquistar el poder.

Está claro que la curia, como aparato, al Papa le preocupa", reflexiona el catedrático jubilado de Historia Medieval, Javier Fernández Conde. "Francisco ha planteado su reforma y además ha nombrado a una comisión que creo es muy potente y muy representativa de la Iglesia universal", afirma.

Sobre el llamado "lobby gay", Fernández Conde mantiene cierta distancia: "no me extraña en absoluto que exista, pero es que la curia es algo muy grande y muy complejo, habrá un poco de todo".

Otra frase atribuida a Francisco en la citada audiencia con los religiosos latinoamericanos, le llamó aún más la atención: "No tengan miedo de correr riesgos yendo a los pobres... quizá les va a llegar una carta de la Congregación para la Doctrina (de la Fe) diciendo que dijeron tal o cual cosa... Pero no se preocupen. Expliquen lo que tengan que explicar". De esta frase, la nota oficial de la CLAR no decía ayer ni una palabra. Si el papa dijo eso en esos términos -señala Javier Fernández Conde- "es algo sorprendente e inédito", propio de un papa "espontáneo y profundamente cristiano".

Los mensajes de Bergoglio se producen en clave del informe Vatileaks, a juicio de muchos expertos. "No seáis carreristas", les recomendaba días atrás a los miembros de la curia, recordándoles que el servicio a la Iglesia no es una profesión ni una forma de hacer negocio y ganar influencias.