Diez días después de la renuncia del Rey don Juan Carlos a usar el yate "Fortuna", el Govern de las Islas Baleares y los empresarios que en su día sufragaron su construcción se lo han pensado mejor y ahora reclaman la restitución del regalo. La Fundació Turística i Cultural de les Illes Balears (Fundatur), entidad que pagó el barco en el año 2000, comunicó ayer por carta sus intenciones al presidente de Patrimonio Nacional: "Por unanimidad, el Patronato ha acordado solicitar la devolución del yate a los activos de la Fundación".

No era ese su parecer hace tan sólo diez días. A las pocas horas de conocerse la decisión por la que el Monarca renunciaba a su uso, el pasado día 17 de mayo, la presidenta de Fundatur, Carmen Matutes, se expresó sin ningún tipo de ambages: "No se reintegrará el dinero. [...] Un obsequio pasa a ser una propiedad y el dueño hace con él lo que le parece".

En la misma línea se pronunció el tesorero de la entidad, Gabriel Barceló, quien afirmó a título personal: "Jamás se recuperarán los fondos. Ese dinero se dio con gusto y a voluntad. Es irreversible". Barceló, sin embargo, sí que introdujo un matiz: "La fundación tiene derecho a decidir a qué actividades se destina" el dinero de su hipotética venta después de consultar a Patrimonio.

Transcurrida una semana y media, se han impuesto las tesis de patronos como Juan José Hidalgo o Pedro Serra, quienes abiertamente han peleado por el rescate del Fortuna. "Hemos pedido que nos devuelvan el yate, pero sin el Rey", bromeó ayer el editor Pedro Serra a la salida de la asamblea de la Fundación.

Los asistentes a la reunión insistieron en que el acuerdo se alcanzó por unanimidad de todos los presentes y sostuvieron que no dio pie a discrepancia alguna. Ni siquiera admitieron el cambio de opinión que se ha producido en algunos de sus integrantes, aunque después de mucho insistir, a Carmen Matutes no le quedó más remedio que reconocer el vuelco de su postura.

Para explicarla, se escudó en "el acta de entrega [de la embarcación] firmada hace 13 años". Ese documento, en su apartado tercero, señala que la entrega del Fortuna es "para el uso y disfrute de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real".

Los empresarios -que en total suman más de una cuarentena- y el propio Ejecutivo autonómico balear sostienen que el traspaso del barco tiene un carácter "modal" o "finalista".

Por tanto, si el rey don Juan Carlos prescinde del yate "Fortuna", la embarcación deberá volver a las manos de quienes fueron sus agasajadores. Miembros de Fundatur calculan que pueden llegar a obtener diez millones de euros con su venta. "Los recursos se destinarán a las actividades sociales de la fundación", confirmó Carmen Matutes.

Llenar el depósito, 26.000 euros

Según las cuentas de Fundatur las entregas al Patrimonio Nacional con destino a la construcción del barco ascendieron a 17.503.664 euros. En una junta general de Fundatur de 1999, sus integrantes acordaron solicitar un préstamo sindicado de mil millones de pesetas y una póliza de crédito de 120 millones con el fin de hacer frente a la construcción del barco, ejecutado por Astilleros Bazán.

Fuentes de la Fundación aseguran que el Fortuna supuso un quebranto, ya que el coste final se disparó hasta los 20 millones de euros. De modo que, además de los 17,5 millones aportados por los industriales baleares, el Govern puso otros 2,5. autonómico. En los últimos tres años sus movimientos se han restringiendo, entre otras razones por el alto coste que supone llenar sus depósitos, unos 26.000 euros.