En los años noventa en Dinamarca, comenzó a extenderse un modelo de viviendas que demandaban personas mayores y que luego un estadounidense bautizó como "co-housing". "¿Y si los amigos nos jubilamos juntos?". Bajo esta premisa, se popularizó una arquitectura de espacio compartido o co- vivienda, adaptado y construido para sus residentes. A medida. Se trataba de un modelo más flexible que las residencias para mayores. Y cuajó.

Ahora, el presidente de Feafes (Federación de Asociaciones de Familiares y personas con enfermedad mental de Galicia), Xosé Ramón Girón, valora este tipo de modelo por si pudiera beneficiar a personas con enfermedad mental: "Para adaptarnos a la realidad de las personas, queremos abrirnos a otros modelos de convivencia". "Estamos pensando en construir una alternativa a las residencias de 25 plazas y viviendas tuteladas", explica el experto. Esos son los dos únicos modelos que en Galicia contempla la ley. "No solo por la crisis económica, sino por las necesidades de las personas con enfermedad mental, necesitamos tener modelos menos rígidos", añade Girón, "conocemos las limitaciones de los modelos actuales y queremos abrir posibilidades". Así lo explicó antes de las jornadas que reunieron a un centenar y medio de personas ayer en Santiago para participar en un debate de expertos sobre el tema.

Por eso, una de las mesas abordó los modelos alternativos existentes en España. El modelo vasco de "Etxean Ondo", consistente en residencias centradas en las personas y el de co-housing de la Asociación Jubilares. El director de ésta, Miguel Ángel Mira, explicó lo siguiente: "Allí los habitantes crean vínculos suficiente estrechos para que la gente vulnerable encuentre un apoyo emocional y resiliencia para afrontar los avatares de la vida".

Por su parte, Xosé Ramón Girón aseguró: "Creemos que son modelos que podemos adaptarlos sin problemas; todo lo que sea mejorar la habilidades sociales es un logro, porque es uno de los déficits que provoca la enfermedad es ése". La federación agrupa a 14 asociaciones distintas. Aunque la mayoría de las personas con las que trabaja sufren psicosis y marcadamente, esquizofrenia -son las que plantean mayor problemas de relación social o más exclusión social-, a través de los recursos de Feafes Galicia se atiende a 2.750 personas.

El director de Jubilares, Miguel Ángel Mira, explicó los pormenores de este tipo residencial, que de momento no se ha usado con personas con enfermedad mental: " No es un promotor que construya viviendas para esquizofrénicos, sino para personas que quieren vivir juntas. Es un modelo en el que hay muchas zonas comunes, pero suyas. No es un 'senior resort'.

Este tipo de construcciones, adaptadas a colectivos vulnerables, sirven para paliar el problema de pérdida de autonomía personal. Sin embargo, los responsables son los tutores legales de esas personas, no hay un "gerente" de esa residencia.