-¿La comunidad latina de EE UU ha dejado de ser el gigante dormido?

-Ese término se acuñó en los 70. En las últimas décadas ha habido un incremento de la población latina, y me refiero a estadounidenses latinos con pasaporte, no al inmigrante que viene y va. Esta comunidad cuenta con una personalidad propia y la prueba es que el stablishment blanco le presta una atención más allá de lo étnico. En ese sentido sí ha despertado, pero queda mucho por hacer.

-¿Qué papel jugo en la reelección de Obama?

-Enorme, le votó más del 70%, es el segundo mayor apoyo a un presidente en la historia, aunque aún está por valorar qué porcentaje fue una reacción a la contra por la ineficacia del partido republicano al comunicarse con el electorado latino y qué fue mérito propio de Obama. No se pueden ganar unas elecciones en este país sin un pie sólido en los segmentos importantes del mosaico electoral y el latino es uno de ellos. Romney tenía muy poco apoyo de la comunidad latina y por eso perdió. Esa fue la razón de que la victoria de Obama fuera mucho más fácil de lo que se vaticinaba. Para mí nunca existió ese suspense que tanto se comentó en la recta final de los comicios. Lo dije el día antes de las elecciones en un debate en televisión.

-¿Cuándo veremos a un latino en la Casa Blanca?

-El primer presidente latino de Estados Unidos ya ha nacido. Pero no ha llegado aún al Congreso, está seguramente en la high school. No veo todavía con posibilidades a los candidatos que se barajan, como el senador Marco Rubio, conservador de Florida o Julián Castro, alcalde de San Antonio, en Texas. Ese presidente va a llegar por un fenómeno natural, porque apellidarse Martínez o García es ya algo normal. La pregunta del millón es quién le va a prestar el apoyo económico necesario para llegar a la Casa Blanca. El empresariado latino aún no acabó de entender que tiene que poner dinero, mucho, en política.

-¿La actual explosión de medios de comunicación latinos será la herramienta clave?

-Soy algo escéptico, pese a ser el responsable de que The Washington Post tenga por primera vez una publicación semanal en español. Fue una gran victoria. Pero percibo dos mundos: por un lado, el que está creciendo, el de la generación de mis hijos, de hispanounidenses, como les llama el presidente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, a la que pertenezco, completamente bilingüe y bicultural, que no se acaba de identificar con los medios latinos tradicionales, que por sus contenidos no dialogan con esta nueva generación. Están basados en una visión rudimentaria, un mundo de telenovelas. Ahí es donde está el reto. Ya hay intentos, como los de Mundo Fox, una alternativa diferente a Univisión y Telemundo.

-¿Hay un nacionalismo latino en Estados Unidos?

-Hay todavía cierto activismo latino que se define a la contra, como si lo anglo fuera su enemigo. Ese mensaje no funciona. Es contraproducente y solo acaba dañando la agenda de quien defiende una lengua o una cultura. No te puedes definir en negativo. Una lengua o una cultura no pueden ser tus enemigos. Lo pueden ser las agendas políticas o económicas. Hay que dialogar. En las generaciones nuevas, la relajación en ese tema funciona muy bien. Ahí está la normalización y el potencial de una comunidad que antes no se valoraba. Y eso sirve también para en España, no se puede definir lo gallego o lo catalán contra España.

-¿Cuál será la clave de esta última legislatura de Obama?

-En la época de Clinton, a quien tuve el placer de conocer en su recta final, se decía que unos de sus legados sería el levantamiento del embargo a Cuba. Estuvo a unos centímetros. El de Obama deberá estar en consonancia con alguna de las grandes promesas que hizo. Todavía tiene que ser el presidente de la reforma migratoria y podría ser el presidente que levante el embargo a Cuba. Será algo de impacto.

-El gobernador O´Malley, que suena como presidenciable en 2016 le ha nombrado consejero de la televisión pública. Usted vive a 20 minutos de la Casa Blanca, ¿se ve más cerca?

-(Risas). Preferiría ser embajador en Cuba. Cuando conocí al gobernador O´Malley, que es irlandés, le dije: "Yo soy de origen español, pero soy celta como usted". "Ah...", me respondió, "¿Galicia?". Es muy amigo de The Chieftains y cuando el músico vigués Carlos Nuñez estuvo de gira en Estados Unidos escribió en Twitter recomendando su actuación. Es muy kennedyano, acaba de aprobar el matrimonio gay.