El 21,8 por ciento de la población española vive bajo el umbral de la pobreza, según el último informe de Cruz Roja. En Galicia, son cerca de 600.000 personas las que se encuentran en esta situación extrema, según datos facilitados ayer por la asamblea comarcal de esta organización humanitaria en Vigo. Ante estas cifras, Cruz Roja lanzó ayer, por primera vez en su historia, un llamamiento de ayuda para la sociedad española ante la necesidad de aumentar su capacidad de respuesta a las situaciones de vulnerabilidad social que se han acentuado con la crisis económica y que ha colocado a dos de cada diez españoles por debajo del umbral de la pobreza.

Con este llamamiento, la institución pretende llegar a 300.000 personas más en extrema vulnerabilidad, especialmente familias con todos sus miembros en paro –1.425.000 hogares en todo el Estado–, niños que viven en hogares pobres, personas mayores con responsabilidades familiares sobrevenidas por la precarización familiar, parados de larga duración, personas sin hogar y jóvenes parados. Para poder atenderlas, Cruz Roja calcula que necesita 30 millones de euros, fondos para cuya captación hace ahora este llamamiento a la solidaridad.

"A las personas en peligro de exclusión social que ya atendíamos, se suman ahora familias cuya situación era estable y que al quedarse en paro la parte de sus miembros, no pueden hacer frente a sus cargas económicas habituales", explica María Durán, coordinadora de Cruz Roja Vigo.

En Galicia, 600.000 personas viven por debajo del umbral de la pobreza y solo en la comarca de Vigo, esta ONG ha pasado de atender a 13.287 personas en 2010 a 16.592 el pasado año. Alimentos, ropa, mantas, gastos de farmacia, pagos de alquileres, recibos de agua y luz, material escolar y productos de apoyo son las principales demandas de los nuevos demandantes de Cruz Roja en Vigo, que recuerda que la provincia de Pontevedra es la que peor pronóstico tiene, con 108.877 personas paradas, casi la mitad del total de Galicia (274.675), según las cifras correspondientes al pasado mes de febrero.

"No es habitual que Cruz Roja haga un llamamiento así, pero la situación en la que estamos involucrados nos obliga a pedir ayuda. Hemos habilitado cuentas bancarias para que la sociedad colabore y podamos atender el gran número de demandas de ayuda que nos llega. También hemos dirigido partidas para asuntos propios para poder paliar esta situación", explica Durán.

La cooperante explica que la demanda es tal que las asambleas de Pontevedra y Vigo vuelven a disponer de alimentos para las familias con las que trabajan en distintos programas ante la escasez de recursos de otros colectivos de ayuda humanitaria. "Hasta hace poco, nos encargábamos de distribuir los excedentes de la Unión Europea a otras entidades de la zona. Pero ante el incremento de la demanda de alimentos, las asambleas hemos solicitado también alimentos para repartir entre las personas que habitualmente atendemos porque muchas se quedaban fuera del servicio de las asociaciones, que no tienen recursos suficientes", reconoce Durán.