"Somos una familia que se estructura cada vez más, que tiene la cabeza bien alta pero que aún no tiene techo", decía ayer David Monreal, head coach del Universidade de Vigo Iveco, el club de rugby vigués en la División de Honor. El rugby era ayer la materia que preocupaba a los que estaban en la mesa del Club FARO, pero también de una gran parte del público asistente que llenaba la sala. En esa mesa, Alonso Feijóo, exseleccionador nacional de rugby y candidato a la presidencia de la federación española, Norman Maxwell, exall black y entrenador del equipo, el citado David Monreal y Diego González Fortes, miembro del mismo que hizo de presentador y moderador.

De lo que allí se hablaba era de vigueses en la élite del rugby nacional; de por qué cientos de fieles venidos de toda Galicia peregrinan cada domingo hasta la nueva catedral del rugby gallego, el campus de la Universidad de Vigo, a ver al primer equipo de la historia que esta jugando en la máxima categoría del rugby español; de la épica batalla del Vigo Rugby Club, que empezó hace 23 años en el Vao; de la lucha, sacrificio y afición a un deporte que más que les da les cuesta del bolsillo.

Y Monreal, también entrenador y ex jugador en Nueva Zelanda, exponía la situación en el Club FARO, tras mostrar su orgullo por el trabajo realizado en Vigo. "En menos de un año –dijo– , cuando íbamos a descender y el reto era simplemente mantenerse, llegamos a la División de Honor. Aún así, somos un club en busca de su identidad, que ha peleado por crear un sentido de familia deportiva para engrandecer el deporte gallego pero no tiene campo para entrenar salvo el de la Universidad que nos acoge y estamos agradecidos y orgullosos pero que está lejos para crear cantera infantil; ni tenemos un local social que nos aglutine físicamente. Así que esperamos que el Ayuntamiento u otra institución pueda echar una mano a un club que con tan poco ha hecho tanto por el nombre de Vigo".

Pelear desde la base

Habló de la lucha del Iveco: mejorar las categorías inferiores. "El año pasado teníamos 20 licencias en esta categoría y ahora tenemos 150, lo que es admirable porque indica el trabajo desinteresado de mucha gente que los está formando; en cadetes tenemos unas 30 licencias y en juveniles unas 25, a pesar de que no hay gente de esta categoría en Galicia y es un handycap que no tengan con quien disputarla. En cuanto al equipo femenino, tenemos 24 licencias y además un equipo B que es líder de la liga gallega con 35 puntos de los 35 posibles. ¿Qué más se puede pedir en tan poco tiempo y con tan limitados medios?".

Habló luego el ex seleccionador Alonso Feijóo, candidato a la presidencia de la federación española. "El rugby nos une a los jugadores aunque en España cada cual vaya por su lado. Ese es mi objetivo en la federación, la unidad, porque es lo único que sacará al fútbol español de su mediocridad internacional, aunque aquí se juegue cada vez mejor". Feijoo invocó la necesidad de trabajar para formar cantera, "aún conscientes de lo difícil que resulta mantener un equipo profesional en rugby. Pero solo unidos conseguiremos sponsors". El ex seleccionador, respecto al fichaje de extranjeros en España, piensa que es bueno traer a figuras por encima de la me día nacional pero muy malo importar a extranjeros de tipo medio "porque bloquean la subida de los nuestros".

El entrenador y ex all black neozelandés, Norman Maxwell precisó de Diego González como traductor por lo que solo respondió a preguntas del público. Por ejemplo ¿porqué vino a Vigo? "Cuando David Monreal me planteó entrenar al equipo vigués no lo pensé mucho. Llevaba cinco años apartado del rugby profesional en Nueva Zelanda y además yo casi toda mi vida deportiva había estado a ese nivel, casi ningún tiempo en equipos amateurs. Y me apeteció conectar con la esencia amateur del rugby, que se daba en Vigo". Norman Maxwell afirma que los logros fueron fruto de un esfuerzo colectivo que se basó en el trabajo duro, en el compromiso por puro amor al deporte.