La constelación gastronómica Michelin incorporó ayer dos nuevas estrellas gallegas. Los inspectores de la popular guía roja recuperan entre sus recomendados para 2012 al restaurante santiagués Casa Marcelo –que perdió el año pasado la estrella lograda en 2004– y distinguen por primera vez a Silabario, joven establecimiento de Tui que con solo tres años ya se ha hecho un hueco entre los más prestigiosos de España.

Estos nuevos éxitos de la cocina gallega llega en un año en que ningún nuevo restaurante español se incorpora a la cúspide de establecimientos con tres estrellas en la guía de España y Portugal, un nivel del que desaparecen el Bulli de Ferran Adrià, ya cerrado, y Can Fabes, del malogrado Santi Santamaría, que pasa a tener dos estrellas.

En la gala de presentación de la guía, que por primera vez tuvo lugar en Barcelona, se dio a conocer que debutan con una estrella quince establecimientos, trece de ellos en España y dos en Portugal, mientras que han perdido este reconocimiento otros doce, uno de ellos portugués.

Entre los debutantes se encuentra el restaurante que regenta en Tui Alberto González, miembro del grupo gallego de cocina de vanguardia Nove. La distinción supone para Silabario, abierto hace tres años, "una bombona de oxígeno en un tiempo que no está para muchas alegrías", explicaba ayer González, quien reconoció que la crisis también se nota en la alta cocina.

Discípulo de Pepe Solla, Alberto González reconoce que la estrella Michelin "te deja pensar, te reafirma en tu trabajo y es un altavoz bastante potente", aunque para él "lo importante es que la gente que se sienta a tu mesa salga satisfecha".

El otro gallego del día fue Marcelo Tejedor, cuyo establecimiento santiagués (Casa Marcelo) volvió a convencer por su calidad a los inspectores de la guía Michelin, que se la habían retirado en 2011. "La estamos disfrutando incluso más que la primera vez, en 2004", aseguró el también cocinero de Nove, que, emocionado, dedicó la distinción a su padre, fallecido este mismo año.

Recuperar la estrella es recuperar la "visibilidad de un equipo volcado en el trabajo", indicó el chef gallego, que destacó la relevancia que tiene la estrella Michelin, una "referencia para muchos viajeros", en un "año complicado de crisis", agregó.

Ellos son la "cara" de un reconocimiento que en Galicia ha encontrado este año su "cruz" en Bentraces (Ourense), donde el restaurante A Rexidora, que regenta el también cocinero del grupo Nove Javier González, que asume con tranquilidad la pérdida de la distinción. "No hemos rebajado ni la altísima calidad, ni la innovación ni el exquisito trato al cliente, pero hay un número determinado de estrellas para Galicia y este año había que dársela a otro", señala.

Quedan con tres distinciones Juan Mari Arzak (Arzak, de San Sebastián), Martín Berasategui (Martín Berasategui, de Lasarte, Guipúzcoa), Carme Ruscalleda (Sant Pau, de Sant Pol de Mar, Barcelona), Pedro Subijana (Akelarre, de San Sebastián) y Joan Roca (El Celler de Can Roca, de Girona).

El eterno aspirante a las tres estrellas, Andoni Luis Aduriz, al frente de Mugaritz (Rentería, Guipúzcoa), deberá esperar otro año para dar el gran salto.