Vigo exporta su primera promoción de Bachillerato Internacional (BI). El IES do Castro es el segundo centro en Galicia –después del instituto Rosalía de Castro de Santiago– que oferta este curso preuniversitario de dos años orientado a alumnos muy motivados. Sólo acceden los que tienen mejor expediente académico y dispuestos a "convertir su formación en el centro de sus vidas". Esa es la advertencia que lanza el coordinador del programa en el instituto vigués, Luis Otero, quien aguarda las notas de los primeros 27 estudiantes en completar el ciclo como un examen al éxito y la calidad de una iniciativa en la que se embarcaron hace ahora tres años.

Los estudiantes pueden elegir entre la rama de Ciencias Sociales y Científico-Técnica y escoger un total de seis asignaturas. La principal novedad que introduce el BI es que las horas lectivas se completan con una monografía obligatoria sobre un tema a elegir y teoría do coñecemento, un curso que explora la naturaleza del conocimiento en distintas disciplinas.

El programa del diploma de Bachillerato Internacional (BI) aporta al alumno más que conocimiento y busca su formación integral al prepararlo para la universidad animándolo a formular interrogantes complejos, enseñándole a aprender, desarrollar una fuerte identidad personal y abrirse a las personas de otros países y culturas.

Los estudiantes valoran fundamentalmente "el cambio de enfoque" que introduce el BI y ponen el ejemplo de Filosofía, "donde nos animan a crear nuestras propias ideas tomando como base las de un autor, en lugar de memorizar toda su historia". Se trata de una nueva forma de trabajar que exige al grupo muchas horas de esfuerzo en casa y en el laboratorio. "El cambio es radical y el primer trimestre fue un auténtico shock", bromean María y Emilio, dos de los alumnos vigueses que han tenido que adaptarse a la rigidez de un sistema de evaluación internacional que impide cambiar fechas de exámenes o trabajos.

La Organización del Bachillerato Internacional es una fundación educativa creada en 1968 y con sede operativa en Ginebra. España está sometida a la inspección regional que abarca Europa, África y Oriente Medio y todos los países comprendidos en esta amplia zona comparten planificación y calendario de exámenes, lo que resta flexibilidad a los colegios. Alumnos y profesores se encuentran bajo supervisión del centro suízo y la corrección de los exámenes la realiza una red internacional de docentes seleccionados por la propia organización.

Esta exigencia garantiza la independencia del proceso, pero obliga a los institutos a desembolsar más de 2.000 euros para enviar los exámenes finales a los correctores repartidos por Hong Kong, Abu Dhabi, Colombia, Toronto o Bélgica.

Los resultados académicos son excelentes, pero el reto inmediato del programa en España es una mejor coordinación con el sistema universitario nacional. Las notas del BI no se conocen hasta julio y, aunque el diploma está homologado en toda Europa para acceder a la universidad, en España los alumnos necesitan presentarse a Selectividad y cursar tres asignaturas a mayores de las que incluye su bachillerato para garantizarse el acceso a una universidad española.