La prueba definitiva de que el doctor Jesús Devesa confía en su proyecto es que el primer paciente humano en el que lo probó fue su propio hijo, tras un grave accidente de tráfico de éste.

El catedrático vigués lleva 36 años estudiando la hormona del crecimiento y experimentando con ratones. "Conozco bien su funcionamiento y su inclusión en las terapias es prometedora. He comprobado que su administración estimula la producción de células madre neuronales que sustituyen a las perdidas por la lesión, incluso aunque sea muy antigua", argumenta. Por eso, cuando en 2002 el accidente ocasionó un daño cerebral a su hijo y los médicos aseguraron que le quedarían graves secuelas, Devesa no dudó en tratarle él mismo.

En ocho meses consiguió una recuperación completa del joven, que ahora tiene 29 años y realiza su tesis sobre daño cerebral en el equipo de investigación que dirige su padre en la Universidad de Santiago.

Al tiempo de aquella hazaña, Devesa, con el apoyo incondicional de su mujer, se animó a poner en marcha el Proyecto Foltra y ayudar a otras personas. "Compaginar el trabajo con animales en el laboratorio con el contacto directo con los enfermos es muy satisfactorio; vives la historia de cada paciente y sus mejoras te animan a continuar buscando alternativas a los tratamientos comunes", expone el doctor.

Foltra (acrónimo de fe, optimismo, lucha y trabajo) es una asociación sin ánimo de lucro. "Nuestra filosofía parte de la base de que la disponibilidad económica de cada paciente no sea nunca un factor discriminante de sus posibilidades de recuperación", apunta el investigador. Sí hay una colaboración de los pacientes y sus familias que contribuyen económicamente a que la Fundación siga adelante, pero no hay una tarifa obligatoria por el tratamiento. "Tenemos pocos apoyos y hacen falta muchos más medios, humanos y tecnológicos, para poder atender a todos los pacientes que nos llaman", asegura Ana Peleteiro.

En estos momentos cuentan con ayudas públicas de la Dirección Xeral de Promoción do Emprego, de la Consellería de Traballo, la Diputación de A Coruña, la Fundación María Esperanza Gómez Ruido. y sobre todo La Caixa, que recientemente les ha concedido una importante ayuda para la adquisición de un moderno equipo de potenciales evocados.

Próximamente, el propio Devesa será el encargado de codirigir el ensayo clínico que se realizará en el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo y que supondrá para el Proyecto Foltra un referendo con todas las bases legales. El ensayo, que está a la espera de la aprobación por parte de la Dirección General de Terapias Regenerativas del Ministerio de Sanidad, se desarrollará a lo largo de un año con 76 pacientes con lesión medular en Foltra y Toledo.

Devesa rechaza las ideas en contra del uso de la hormona del crecimiento. "Hay una creencia popular de que su administración aumenta el riesgo de padecer cáncer, pero esto es un mito; casi todas las células del organismo fabrican esta hormona como un factor para su supervivencia. Hay una serie de tipos tumorales (próstata, colon, mama y leucemia) donde esas células producen gran cantidad de hormona del crecimiento, pero la forma de producirlas el cuerpo es totalmente diferente a la manera en que llega a las células cuando se administra desde fuera", explica el experto.

Devesa publicará próximamente una revisión de sus investigaciones sobre la aplicación de la hormona del crecimiento "que espero a que contribuya a que la sanidad pública la utilice en el tratamiento agudo del ictus, la prevención de la parálisis cerebral por anoxia perinatal (en el momento del parto), la cicatrización de lesiones, úlceras y problemas vasculares, entre otros", enumera.

"Alejandro, camina recto", indica el doctor a un joven coruñés de 22 años que bromea con todo el personal. Alejandro Pazos lleva un año en Foltra, adonde se desplaza cada día con su madre en coche o con su abuela en tren. Sufrió un brutal accidente de moto a los 14 años que le dejó, tras dos meses en coma profundo, numerosas secuelas, que los médicos han tratado de paliar con operaciones de cabeza, mandíbula, nariz y tráquea. "Con este nuevo tratamiento tengo más fuerza en los brazos y las piernas, pero yo lo que quiero es estar como antes".

Devesa le da una palmada en la espalda. "Sigue trabajando y lo conseguiremos".