Imagínese por un momento cómo le gustaría ser y después haga doble click en el icono de Photoshop en la pantalla de su ordenador y hágase a su gusto "un completo". ¿Qué le gustan los ojos verdes?, pues verdes. ¿Que ya se le empiezan a notar las arrugas y las patas de gallo?, pues las borra. ¿Qué le sobran unos kilos?, pues se recorta medio centímetro de lado y lado. El uso del Photoshop (el programa más utilizado para retocar imágenes y que pronto cumplirá diez años) se ha convertido en un botox digital imprescindible para personajes públicos. Pero proporciona una belleza demasiado perfecta y la sombra de las arrugas deja paso a la sombra de la duda: ¿son realmente así de perfectos cuando, hombres y mujeres, aparecen retratados en las revistas?

El abuso del corta y pega crea sus monstruos y ha colocado en las portadas a extraños personajes cuya cabeza es más grandes que su cintura y las manos son desproporcionadas e incluso, a veces, son más de dos, por un descuido del cirujano digital. El último ejemplo: la foto que la semana pasada recorrió todos los diarios del mundo, la de la modelo Filippa Hamilton, a quien Ralph Lauren "adelgazó" hasta el límite con una dieta estricta de Photoshop para su última campaña publicitaria.

Resulta a veces gracioso ver la transformación de los personajes en las imágenes tratadas con Photoshop, como la desaparición de los michelines de Sarkozy o las dos manos de Carla Bruni

Hay asociaciones de mujeres que se muestran muy preocupadas por el trato que las féminas están recibiendo con estas técnicas porque entienden que se está produciendo una reconstrucción de la imagen social de la mujer a golpe de ratón.

A la modelo Filippa Hamilton, Ralph Lauren arrancó la cabeza (de una foto) para pegarla sobre el cuerpo escuálido de otra mujer. Filippa pesa 54,4 kilos y mide 1,77, su índice de masa corporal es de 17,36, o lo que es lo mismo: su peso es insuficiente, menos para Ralph Lauren, claro.

Aún retumban en la cabeza de muchos las palabras del modisto Karl Lagerfeld que se atrevió a afirmar que "las mujeres con curvas deben estar fuera de las pasarelas porque nadie quiere verlas", en respuesta a la intención de la revista alemana "Brigitte", que va a sacar en sus portadas sólo a mujeres «reales» con tallas estándar y sin retocar con Photoshop.

Las primeras voces en contra del uso del Photoshop ya han empezado a alzarse entre el gremio de los profesionales. Así las cosas, el prestigioso fotógrafo de moda Peter Lindberg propuso hace algunos meses a la revista "Elle", en su edición francesa, sacar en portada a Mónica Bellucci, Sophie Marceau y Eva Herzigova al natural, sin retoques, ni maquillaje, y mucho menos Photoshop. La publicación fue todo un éxito. Pero, ¿eran en realidad imágenes sin retocar?