Un equipo de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) ha encontrado en las microalgas marinas propiedades beneficiosas para el tratamiento del cáncer de próstata. Si se verifican esas cualidades curativas, estos vegetales podrían usarse en medicamentos o como complemento nutricional para estos enfermos.

El grupo coordinado por el profesor Manuel Freire-Garabal, del departamento de Farmacología de la USC, ha observado que el contacto de moléculas de microalgas marinas con células tumorales impide la formación de nuevos vasos sanguíneos -encargados de hacer crecer el tumor- y la posible metástasis -que se da cuando las células cancerígenas pasan a otras partes del cuerpo-.

“En siete de las 100 moléculas con las que hemos experimentado hemos visto que los compuestos de las microalgas marinas eran muy potentes para impedir el crecimiento del tumor”, explica Manuel Freire-Garabal.

Las microalgas contienen compuestos naturales como polifenoles y fitoesteroles, capaces de impedir la formación de nuevos vasos sanguíneos, y de resveratrol, que también se encuentra en la uva, los frutos secos o la soja. “Una pequeña dosis de estos vegetales marinos es suficiente para conseguir un efecto positivo”, añade.

El fondo marino todavía está por explorar. La ventaja de las microalgas frente a las algas comunes es que las primeras no necesitan de un gran espacio para cultivarse y se reproducen en grandes cantidades. “Se ha descubierto que las microalgas son una fuente importante de biomasa y podrían ser utilizadas también para la fabricación de biodiesel”, asegura el científico de la USC.

El cáncer de próstata es el más común entre los varones y la segunda causa de muerte por patología tumoral. En España aparecen cada año 30 nuevos casos por cada 100.000 habitantes. “Este tipo de enfermedad está asociada al envejecimiento, cuando el sistema inmunológico entra depresivo y no puede defenderse. El diagnóstico precoz permite que un tumor de pequeño tamaño sea erradicado y la enfermedad tenga cura, sobre todo en personas con familiares con esta patología”, afirma. A esto hay que añadir unos hábitos alimenticios favorecedores y evitar factores predisponibles.

El estudio preeliminar del equipo de investigadores gallego se ha llevado a cabo directamente sobre células tumorales humanas. El siguiente paso es probarlo en animales y posteriormente en personas.