Investigadores de la Universidad de Santiago y del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI) trabajan en el desarrollo de un test que permitirá conocer mediante un análisis de sangre si determinados fármacos serán eficaces o no en pacientes con depresión. En esta investigación, también colaboran doctores de las universidades Saskatchewan de Canadá así como la de Illinois en la ciudad norteamericana de Chicago.

El psiquiatra adjunto del Servicio de Psiquiatría del Hospital do Meixoeiro en Vigo José Manuel Olivares explica que el test resolvería varios problemas a la hora de tratar a pacientes con depresión: “En nuestra especialidad, no tenemos aparatos para decir cómo se encuentra el paciente. Es muy subjetivo ya que realizamos el diagnóstico en función de lo que cuenta el paciente. Con esta investigación, hacemos nuevos tests clínicos para recoger mejor información”.

Actualmente, los psiquiatras se encuentran con varios problemas a la hora de tratar a sus pacientes. En primer lugar, resulta difícil “definir qué es depresión y cuál es el tipo ya que hay varios (bipolares, psicóticas, melancólicas, reactivas...). El segundo problema radica en que cualquier tratamiento tarda un mes hacer efecto. Si pasado ese periodo, no ha hecho nada, pierdes un mes e inicias otro tratamiento. Al paciente, le cuesta mucho sufrimiento pasar un mes tomando unos fármacos para que, al final, no funcionen”, detalla Olivares.

En los casos en los que la respuesta es positiva, también surgen otras cuestiones como la remisión (el efecto de que la enfermedad remita).

El “apagón” psicológico

“En el caso de la depresión, explica el psiquiatra José Manuel Olivares, las tasas de remisión son bajas, entre el 30 y 40%. Los pacientes quedan en una situación mejor pero no se encuentran como antes. Salen de casa, ya no quieren suicidarse, pero no son capaces de retomar la actividad anterior, ya no disfrutan de las cosas como antes; están como apagados”.

Lograr un test que determinase exactamente el tipo de dolencia, permitiría localizar el tratamiento que mejor resultado ofrecería y el que permitiese recuperarse lo antes y mejor posible al paciente.

Para lograrlo, José Manuel Olivares y los investigadores del Grupo Biofarma de la Universidad de Santiago, realizan investigaciones con la Universidad de Ilinois en Chicago sobre la reelina, una proteína que regula la migración de las neuronas y las conexiones entre las mismas.

Los análisis de algunas proteínas en células sanguíneas (linfocitos) realizados a pacientes con depresión han evidenciado que en estos enfermos hay alteraciones en la proteína transportadora de la serotonina (neurotransmisores localizados en varias regiones del sistema nervioso central que tienen mucho que ver con el estado de ánimo), sobre la que actúan la mayoría de los antidepresivos. Así, a través de una prueba, se podría determinar qué tipo de antidepresivos sería más eficaz para cada paciente, informan desde la Universidad de Santiago.

El coordinador del trabajo, el profesor y biólogo molecular en la Universidad de Santiago Héctor Caruncho, recuerda que “las enfermedades mentales son dolencias tratables que afectan a mucha gente”. Añade que los trastornos depresivos suponen un coste “elevadísimo” a la hora de pagar las medicaciones así como los tratamientos.