Norman Foster, maestro de arquitectos y artífice de construcciones emblemáticas o gigantescas en todo el mundo, tiene clara su apuesta por la sostenibilidad del Planeta, algo que “no es moda, es supervivencia”, dijo ayer este artista que actualmente construye la primera ciudad sostenible del mundo.

Lord Foster visitó Madrid para impartir una conferencia que llevaba por título “Arquitectura y sostenibilidad” y ese fue el hilo conductor que fue explicando con el ejemplo de sus construcciones.

Es el caso de la faraónica ampliación del aeropuerto de Pekín, que diseñó, en comparación con el de Heathrow en Londres, donde descubrió que hacer un edificio compacto gasta menos energía que usar bloques dispersos.

Algo que también se aplica a las ciudades: cuanto más dispersas -como Houston-, más gasto energético, y cuanto más compactas -como las ciudades europeas-, menor.

Foster entiende que vivimos “un cambio de época” en la que el papel del arquitecto debe cambiar totalmente. “Tienen que transformarse y adaptarse para construir ciudades sostenibles, de lo contrarío se convertirán en dinosaurios”.