El Teatro Garnier, sala histórica de la Opera de París, se impregnará con esta "comedia trágica" del ácido y profundo surrealismo del autor polaco durante siete representaciones, que comenzará el próximo día 24.

La dirección musical será de Sylvain Cambreling y la visión escénica de Luc bondy, autor igualmente del libreto junto con Marie-Louise Bischofberger.

Casi al mismo tiempo, desde esta noche y hasta el 30 de enero, la Bastilla, segundo escenario de la Opera de París, ofrecerá seis representaciones de un drama no menos amoroso, el de "Lady Macbeth de Mzensk", de Dimitri Shostakovitch (1906-1975).

El compositor ruso dio vida en él a una mujer dispuesta a todo por su amado, a tanto que las autoridades soviéticas, incluido el propio Stalin, la consideraron impropia cuando se estrenó en el Leningrado de 1934.

La tacharon de "pornográfica", criticaron lo que consideraron su "galimatías musical" y la retiraron del cartel durante un cuarto de siglo, hasta que el compositor ofreció una versión con nuevo título, "Katerina Ismaïlova", menos audaz en todos los sentidos, incluido el musical, y de moral más "soviet".

París presenta ahora su composición original, la inspirada en la historia de una joven burguesa de provincias, escrita por Nikolaï Leskov, para dar vida a un personaje en cuyo amor, y pese a todos sus crímenes, Shostakovitch encontró la "luz en medio de las tinieblas".

La tercera protagonista femenina de corazón destrozado en la lírica invernal parisina será "Madame Butterfly", creada en 1904 por Giacomo Puccin (1858-1924).

La desesperanza de "Nagasaki", joven geisha abandonada por su supuesto esposo americano, volverá a París a partir del 29 de enero y hasta el 4 de marzo en la misma versión estrenada con indudable éxito en 1993, por el director de escena estadounidense Bob Wilson, autor también del decorado.

La dirección musical será de Vello Pähn.

Los continuos éxitos recabados en cada reposición, la última en 2006, según confirmaron a Efe fuentes de la Bastilla, auguran nuevos triunfos y llenos de taquilla esta temporada.

La reacción del público será toda una sorpresa inevitable, en cambio, ante el montaje de "Yvonne", mujer cuya calamitosa apariencia interesa al príncipe Philippe para convertirla en su novia "porque es un afrenta a su dignidad", según resumía el propio Gombrowicz (1904-1969).

Elección contra natura y desde luego poco habitual en un príncipe, la de optar por la mujer menos atractiva del reino y además intentar amarla, lo que perturba el orden establecido y la conciencia de familiares y súbditos.

El asesinato de la princesa, organizado con elegancia máxima, devuelve la paz y la tranquilidad al reino creado en la obra homónima por el autor polaco que, tras exiliarse a Argentina, pasó sus últimos años en Francia, y que es considerado como uno de los más grandes del siglo XX.

Philippe Boesmans (1936) compuso la música intentando, como él mismo dijo, "encarnar musicalmente" sus personajes, como primera preocupación, sin dejarse llevar por imperativo musical alguno.