La autoridad que regula la relación de los musulmanes malasios con su fe consideró que el yoga no es sólo un tipo de ejercicio físico, sino que incluye elementos espirituales hindúes, adoración y cantos.

"Creemos que el yoga combina ejercicio físico con elementos religiosos como el canto y la adoración, con el propósito de lograr la paz interior y, en última instancia, unirse a un Dios distinto al de los musulmanes", dijo el director del consejo, Abdul Shukor Husin.

"Es inapropiado, puede destruir la fe de un musulmán", añadió.

La fatua o edicto religioso llega menos de un mes después de que el influyente clérigo islámico Harussani Zakaria, un polémico imán del estado malasio de Perak, instara al Consejo Nacional de Fatuas a que emitiera una orden sobre el yoga.

"Si únicamente se trata de ejercicio físico, no hay problema, pero no en su forma original de acto religioso", dijo entonces Zakaria, quien puso como ejemplo el habitual rezo de mantras, oraciones hindúes en las que se invoca a los dioses de este credo.

Este profesor de teología en la Universidad Nacional de Malasia en Kuala Lumpur es conocido por sus posturas integristas, y se ha mostrado favorable a ideas como encerrar en una isla a todos los enfermos de sida o impedir que los no musulmanes vendan productos que incluyan citas del Corán.

Zakaria también rechaza que se califique de violador a un hombre que practique el sexo con su esposa sin su consentimiento.

El Consejo Nacional de Fatuas de Malasia emitió otra fatua hace un mes en la que condenaba el sexo entre lesbianas y a las mujeres musulmanas que se visten como hombres.

Malasia es un país de mayoría de población musulmana que practica un Islam moderado en sus mensajes pero bastante conservador en las costumbres.

Aunque se tolera la poligamia, ciertos asuntos son considerados un tema tabú, como la homosexualidad.