Unos 200 activistas homosexuales, transexuales y bisexuales de más de 80 países se reunirán en la capital austríaca para analizar el estado de su lucha contra la discriminación y a favor de la igualdad de derechos.

Más de la mitad de los participantes (120) en esta conferencia proceden de Asia, África, América Latina, el Caribe y Europa del Este, donde la situación de los homosexuales es especialmente complicada.

"Los activistas usan ILGA como una plataforma para intercambiar y fortalecer sus campañas contra la discriminación y para alcanzar igualdad", señala en un comunicado Rosanna Flamer-Caldera, secretaria adjunta de ILGA.

Esta activista de Sri Lanka recuerda que en 86 países las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo siguen siendo un delito.

"Dejar de criminalizar es de gran importancia en países como el mío para que nuestros hermanas y hermanos puedan vivir libremente y en dignidad como ciudadanos de pleno derecho", señala Rosanna Flamer-Caldera.

ILGA colabora estrechamente con una coalición de organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, Arc International, Global Rights, Human Rights Watch y la Comisión de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas, para asegurar que el asunto de la orientación sexual se mantenga en la agenda de la ONU.

Otro gran desafío, según ILGA, es ayudar a los activistas en África, Asia, y América Latina a organizarse a nivel regional.

Para ese fin, ILGA ha organizado en los últimos 18 meses tres conferencias regionales, una para África, una para Asia y otra para América Latina.

Pero la desigualdad de derechos no sólo persiste entre los países desarrollados y los países emergentes o subdesarrollados.

También dentro de Europa hay grandes diferencias en cuanto a los derechos cívicos de los homosexuales.

Según la Iniciativa Homosexual de Austria (HOSI), co-organizadora de esta conferencia mundial, el matrimonio homosexual existe sólo en España, Bélgica y Holanda.

La unión civil con casi los mismo derechos que el matrimonio se realiza en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Suiza y el Reino Unido.

El reconocimiento de la unión civil con menos derechos que los arriba mencionados existe en Andorra, Alemania, Francia, Luxemburgo, Portugal, Eslovenia y la República Checa.

En el resto de los países europeos, inclusive en la anfitriona Austria, las parejas del mismo sexo todavía luchan por lograr una cierta igualdad con respecto al matrimonio convencional.