Experto en Marketing y Dirección Comercial y jubilado de una multinacional francesa, Sonseca reconoció a Efe que su colección es fruto de "un espíritu de coleccionista, de la afición a los toros y de dedicar mucho tiempo".

Sus primeros carteles los adquirió a un chamarilero del Rastro madrileño que vendía un lote comprado en Portugal y, desde entonces, sigue aumentando sus fondos con los últimos carteles que aparecen en el mercado.

En su libro "El cartel taurino, la sociedad y los toros (1820-1920)" o en la exposición "De Fernando VII a la II República, toda una historia de la cartelería taurina" -hasta el 10 de junio en el Centro Cultural Casa del Reloj de Madrid-, Ángel Sonseca demuestra que a través de los carteles taurinos se recorre la historia de España y de la tauromaquia.

Sonseca, nacido en Madrilejos (Toledo), destaca la relación entre la monarquía y la Fiesta. Ejemplos son el cartel de 1820 en el que Fernando VII anunciaba que, "si el tiempo lo permite", se celebraría una corrida en la Puerta de Alcalá de Madrid, o los carteles de las corridas conmemorativas de la mayoría de edad de Alfonso XIII o de su boda con Doña Victoria Eugenia de Battenberg.

La evolución de la moneda en España transcurre en los carteles taurinos. En uno de Sevilla, de 1827, se lee que los balcones de piedra en sombra costaban 22 reales y el asiento en andamio de piedra en sol, 4 reales; en Madrid, en 1918, por barrera de sombra se pagaban 6,25 pesetas y por andanada de sol 0,50 pesetas.

\u00A1Y qué decir de la historia del toreo! Toda ella reunida en unas joyas para cualquier aficionado taurino.

Sonseca guarda, entre otros muchos, el de la alternativa de Manuel Mejías Bienvenida, "El Papa Negro", el 26 de octubre de 1905 en Zaragoza, o el primer mano a mano entre Joselito y Belmonte, el 28 de febrero de 1915 en Málaga.

Sus miles de carteles los conserva en una nave, pero en su casa cuelgan aquellos que le gusta ver "siempre", como uno de los más antiguos, de 1775, que anuncia la presentación de Pedro Romero en Madrid.

"Mucho cariño" también tiene por uno del pintor Unceta de 1905; se lo regaló un amigo y al llevarlo a restaurar se descubrió que tenía otro cartel pegado por detrás de 1896.

La mujer tiene un papel relevante en los carteles, donde aparecen "manolas", mujeres de mantilla y, a veces, artistas como Lola Flores o Concha Piquer.

El cartel taurino sirve asimismo para demostrar que el torero siempre apoyaba a los afectados por una desgracia, "quizá por sus orígenes humildes", explica. Por ello, para la portada de su libro eligió el cartel de la Gran corrida extraordinaria de 1895 en honor del crucero Reina Regente, que había naufragado.

De entre los cartelistas históricos, Sonseca destaca a Unceta por ser "el pionero del cartel mural a color", a Alcaraz por ser el pintor del toro en la lidia, "siempre altanero y bravo", y el "prolífico" Ruano Llopis, autor de "bellos lances".